Guayaquil

230 días sin levantar vuelo

Ninguna crisis fue tan grave ni tan global para la aviación como la pandemia actual.  Hay aviones aparcados y pilotos que continúan anclados en tierra

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Protestas. Un grupo de trabajadores reclaman el pago de sus salarios como empleados de Tame, al empresa con capital nacionales que se declaró en liquidación en septiembre.Archivo EXPRESO

El número 3388 de la avenida de las Américas se asemeja en estos días a un club de desocupados. Se trata del gremio más importante de pilotos aeronáuticos del país, el Aeroclub del Ecuador, pero en estos meses es el lugar al que cada fin de semana arriban un Rafael Ramos y un Juan Andrés Jil para intentar saber si alguien de los asociados conoce de buena fuente alguna pega laboral. Ellos, hasta antes de la actual crisis sanitaria volaban sobre cielos de países como Kazajistán y Emiratos Árabes Unidos, al mando de aeronaves comerciales de estos países de Asia Central y del Medio Oriente.

No son tiempos buenos para nadie, menos para los pilotos, que con cada día que pasa en estos meses de restricciones fronterizas suman horas sin despegar del suelo, entendiéndose que eso de estar pilotando aviones a 10 mil metros de la superficie es el más apreciado de los récords en su hoja de vida laboral.

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Si no se vuela, no hay piloto. Byron Mina llegó a ser jefe de la cuadrilla de aviadores de la estatal Tame, la última compañía aérea ecuatoriana que en estos momentos cumple un proceso de liquidación que inició en septiembre pasado. “La COVID fue el pretexto para cerrarla”, dice este piloto, quien asegura que el verdadero mal estuvo en las malas administraciones. “Mientras menos aviones teníamos, crecía el número de empleados. Todo era político”.

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Tránsito. Aunque los vuelos se reactivaron en Guayaquil, aún es muy bajo el número de pasajeros que ingresan y salen desde el aeropuerto José Joaquín de Olmedo.Archivo EXPRESO

Unos 900 empleados se quedan sin empleo tras el cierre de Tame. De estos, 120 son pilotos.

Es cierto que Jil y Torres laboran para empresas con sedes al otro lado del mundo, pero ese paisaje gris de aeronaves en tierra se evidencia por todos lados, con un futuro que aún, 10 meses después de la aparición del primer caso de coronavirus, se muestra incierto.

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El miedo a encontrarse con destinos cerrados o quedar del otro lado, en una cuarentena, provoca que menos turistas estén en estos momentos surcando los cielos, mientras los empresarios tranzan negociaciones por videoconferencias.

En países como Estados Unidos, la actividad aeronáutica comercial se mantiene bajo un cielo poblado de densos nubarrones. La cifra de pasajeros es entre el 60 y el 70 % más bajo al de igual periodo de 2019.

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Controles. Las medidas de seguridad sanitaria son permanente, a causa del coronavirus. Esta es una de las estaciones de control en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo.JUAN FAUSTOS SANDOVAL / EXPRESO

“Con cada día que pasemos en tierra implica no solo que no tenemos ingresos, sino que nos estamos desactualizando”, dice Torres, quien tuvo su último vuelo el 12 de marzo. Luego de esto lo mandaron a casa a vacaciones obligadas, hasta que finalmente fue despedido.

En esto de la aviación si uno no vuela en 90 días, se desactualiza si no tuvo tres aterrizajes y tres despegues, dice Mina.

Torres asegura que luego de gastarse sus ahorros, debió recurrir a los créditos. Algo similar ha hecho Jil. Y, sin embargo, nadie ni nada le dice que el panorama inmediato tiende a cambiar. “Cada día vemos que más colegas vuelven al país porque allá afuera las cosas siguen complicadas”. Etihad Airways, la compañía en la que laboraba, mantenía una flota de 110 aviones y 1.800 pilotos. Despidieron 500. Entre ellos, a dos ecuatorianos más. De todas las aeronaves, solo 25 vuelan.

Actualizarse o morir. Mario Rodríguez Orellana cree que aún tomará mucho tiempo para que los cielos del mundo se llenen nuevamente de aviones con pasajeros yendo de un país a otro. “Yo me quedé sin trabajo en estos seis meses”, asegura, quien se desempeñaba como jefe de seguridad de una compañía aérea. A la espera de que el panorama cambie, sobrevive como instructor en las escuelas de pilotos que hay en la ciudad.

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En el país no existen instituciones apropiadas para la actualización de tripulantes de aeronaves comerciales. De acuerdo con la Dirección General de Aviación Civil (DAC), los pilotos que vuelan en aerolíneas deben realizar entrenamiento obligatorio en simulador de vuelo del mismo tipo del avión que vuelan, cada 6 meses. “No existe en el país un instructor de vuelo del tipo de avión que operan”.

Existe un simulador de vuelo en Quito, que se certificó en 2019, pero no para aeronaves de mayor performances. Jil vuela un Boing 777, conocido como el ‘Triple Siete’ y es el birreactor más grande del mundo. Mientras que Torres comanda un Boing 767, con una capacidad de entre 181 a 375 pasajeros.

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InfografíaEXPRESO

“Para acceder a un simulador para esas aeronaves hay que viajar a EE. UU., y el costo de uso es de 8 mil dólares”, asegura Mina, quien considera que no resulta conveniente en estos momentos iniciar una actualización, si no se sabe cuándo la normalidad vuelve a los cielos del planeta.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata, que reúne a tres centenares de líneas aéreas), predice que la aviación comercial volverá a recuperarse no hasta 2024. Y sin embargo, cada día que pasa incrementa el tiempo y la inversión para una puesta al día de los conocimientos aeronáuticos de los pilotos, quienes viven las horas más bajas de sus carreras de vuelo.

ONCE AEROLÍNEAS, NUEVE DESTINOS

Desde el levantamiento del estado de excepción por la emergencia sanitaria, el pasado 14 de septiembre, se incrementó la salida y arribo de aerolíneas comerciales, tanto para aeropuertos del interior del país como para itinerarios extranjeros. Aunque la baja es evidente, las autoridades aeronáuticas nacionales se muestran optimistas. Es por eso que la DAC informó que solo en agosto, 78.205 pasajeros abordaron o desembarcaron en los 21 aeropuertos del país. Sin embargo, ese mismo mes, pero de 2019, solo en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo, recibió 47.441 pasajeros.

En todo caso, al momento, según información entregada por la Dirección General de Aviación Civil del Ecuador, hay once compañías que cumplen traslados de manera regular, con destinos a nueve ciudades de Europa y del continente. Es decir, más allá del posible miedo, existe la posibilidad para los ecuatorianos de viajar a sitios como Montreal, Miami, Madrid, México, Bogotá, Panamá, Ámsterdam, Fort Lauderdale y Nueva York. Entre estas aerolíneas están, Avianca, American Airlines, Eastern, Iberia, KLM, Copa, Aeroméxico, Air Europa, con salidas desde Quito y Guayaquil.

EL SECTOR SE RECUPERA EN TRES AÑOS

Teniendo en cuenta la crisis que atraviesa la aviación, en el caso de que en marzo del 2021 exista la vacuna para el coronavirus (como algunos expertos creen que pasará o, al menos así lo esperan), la recuperación económica de este sector se dará recién en unos tres años, dijo a EXPRESO Marco Subía, presidente de la Asociación de Representantes de Líneas Aéreas en el Ecuador (Arlae).

Subía agregó que la situación afecta hasta a la edificación del nuevo aeropuerto en Daular. Ahora hay poco tráfico de pasajeros en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo, pese a todos los intentos que se ha hecho por reactivar al sector. Por ello, cree, no es necesario empezar aún a edificar el aeropuerto en Daular. “Dependiendo de lo que pase con el coronavirus pienso que entre el 2033 y 2034 recién se podría iniciar la obra”, mencionó.

Dejó claro que la situación del aeropuerto de Guayaquil y Quito no es diferente de lo que ocurre en el mundo. Hay pocos vuelos porque hay países que tienen cerradas sus fronteras.

Sin embargo, existe la expectativa de que un buen número de turistas se anime a ir a comprar a EE. UU. por el Viernes Negro, pero siempre manteniendo medidas de seguridad. LZA