Los deportistas olímpicos dejaron varias lecciones. Una de ellas es que la fortaleza mental es primordial para llegar a los objetivos.

Y no solo los medallistas, todos los que clasificaron a Tokio dieron muestras de ello, ya que durante su preparación tuvieron que superar obstáculos como el poco aporte económico, las limitaciones para entrenamientos y hasta el abandono en sus periplos.

Según el psicólogo deportivo Patricio Cevallos, ellos encontraron la manera de convertir el problema en una motivación. “Son casos excepcionales. Es la verdad. Esto se da pocas veces. Jefferson Pérez, Richard Carapaz, Antonio Valencia, Neisi Dajomes, Tamara Salazar..., son deportistas que llegaron al máximo de la concentración, tuvieron una respuesta mental ganadora al límite y enfocada en el deporte, a pesar de la falta de apoyo o los problemas de toda índole”, indicó.

Para él, esto se da gracias a su personalidad. “Son seres fuera de la normalidad en ese sentido, pero ahora viene lo más difícil, ya que el reto es mantenerse en lo más alto. Esperemos que ahora sí cuenten con el apoyo necesario para no solo depender de su esfuerzo por encima del obstáculo”.

Esa personalidad, agrega Cevallos, viene desde la formación. Y eso lo corrobora Walter Llerena, el primer entrenador de Neisi Dajomes.

“La fortaleza mental y poder de convicción son dos de las virtudes más grandes de Neisi. Cuando se propone algo, lo consigue. Ella pasó por dificultades, pero no permitió que eso interfiera en su preparación y menos en sus competencias. Puedo decirle, sin dudas, que no todos los deportistas tienen esa fortaleza mental y eso es un problema”, dijo Llerena.

Y Dajomes lo corroboró. Admitió que fueron tantos los inconvenientes, sobre todo por las trabas dirigenciales, que quiso dejar la práctica deportiva. Pero, en ese momento recordaba sus objetivos para convertir esa frustración en un impulso.

Según Cevallos, el entorno también influye en esa fortaleza mental. Dajomes lo confirmó. Ella se deprimió en España porque un falso positivo a COVID-19, a dos semanas de los Juegos Olímpicos, la obligó a quedar aislada. Perdió peso y hasta analizó la posibilidad de no presentarse a la prueba en la que ganó la medalla de oro por temor a una mala presentación. Sin embargo, el entrenador Alexey Ignatov encontró las palabras para reanimarla. Por eso Dajomes lo calificó como “un hombre sabio”.

Richard Carapaz es otro ejemplo de que esa fortaleza mental también se la trabaja desde pequeño. Lo recuerda Álvaro Rosero, hermano de Juan Carlos (+) , quien fue el primer entrenador del ciclista tricolor.

“Richard era perseverante, fuerte y tenía excelentes condiciones. Juan Carlos se enfocó en fortalecer esas virtudes. Se puede decir que era muy receptivo, tanto en las tablas de entrenamientos como para escuchar los consejos y por eso se pudo forjar como un ganador”, inició Rosero.

Él acepta que la motivación fue “pensar en un mejor futuro” para él y los suyos. “Llegar a un equipo extranjero, llegar a la élite, eran cosas que siempre le llamaron la atención desde pequeño porque aquí existían muchas trabas. Por ejemplo, mi hermano tenía que poner de su dinero para ir a las competencias”, insiste.

Y por esa misma fuerza, cree que Carapaz decidió levantar la voz y quejarse tras conseguir la medalla de oro.