El ser humano tiene una predisposición natural hacia la espiritualidad y, en la búsqueda por acercarse a lo divino, nace la oración. Desde Egipto hasta China, el hombre ha orado en todos los rincones del planeta. Musulmanes, hindúes, budistas y cristianos, todos, han creído en la oración como el camino para comunicarse con Dios.

Beneficios

Dedicar un tiempo a orar todos los días tiene una influencia muy positiva en el proceso de curación de los enfermos, especialmente en problemas de circulación sanguínea, digestivos, respiratorios, del ritmo cardíaco y de la presión arterial.

Sin importar el credo, sea cristiano, protestante o musulmán, el resultado está en la conexión con el ser supremo.

• A nivel mental

Cuando la mente esta agobiada o sobrecargada, hacer una pausa durante el día para rezar ofrece resultados sorprendentes. Esta acción le permite alejarse de las preocupaciones y enfocar su atención en el interior. Así se consigue aliviar el estrés, permitiéndole entrar en un estado de relajación.

• A nivel espiritual

La mejor manera de acercarse a Dios es la oración, la cual debe ser una práctica cotidiana y muy significativa para quien la hace. Un diálogo sencillo y sincero que nazca del corazón.

• Aumenta la gratitud

Tener un espíritu de agradecimiento es clave para vivir una vida más positiva y feliz. Ser agradecido ayuda a enfocarse en las cosas buenas que se tienen y no perder el tiempo en las que le hacen faltan.

• El poder de la oración colectiva

La oración grupal conecta a todos en un propósito común, ya sea parar pedir por la sanación de un enfermo, encontrar trabajo, el bienestar del país u otra ayuda que se requiera. Es importante ser solidarios y enfocarse en la necesidad de todos, esto no solo une y fortalece a los que participan, sino que tiene el poder de manifestar milagros.