Vision de China para 30 anos

Cada cinco años, el Partido Comunista de China convoca a un Congreso Nacional, donde se toman decisiones clave: quién liderará a China en los próximos cinco años y qué camino hacia el desarrollo seguirán esos líderes.

El XIX Congreso Nacional del PCC que acaba de terminar hizo todo eso y más.

Más allá de elegir al próximo Comité Permanente del Politburó, el XIX Congreso Nacional reeligió al presidente Xi Jinping como el líder del PCC y agregó su ideología epónima -“pensamiento de Xi Jinping”- al estatuto del Partido. El Congreso también elaboró un plan para el desarrollo futuro del país hasta 2050 -un plan que refleja los cambios que la reforma y la apertura económica han llevado a China.

En el XIII Congreso Nacional del PCC, en octubre de 1987, los líderes de China declararon que las “principales contradicciones” que enfrentaba el país eran aquellas entre “las crecientes necesidades materiales y culturales de la gente y el atraso de la producción social”. En otras palabras, el desafío fundamental era producir suficientes alimentos, ropa y libros para todos los chinos. Treinta años después, la principal contradicción que enfrenta China es la que existe entre la “creciente demanda de niveles de vida más elevados y las limitaciones impuestas por un desarrollo económico insuficiente y desequilibrado”.

En su discurso ante el XIX Congreso del Partido, Xi declaró que, como China puede satisfacer, en gran medida, las necesidades básicas de su pueblo, el objetivo ahora debería ser mejorar su calidad de vida.

Con eso en mente, el XIX Congreso trazó una nueva hoja de ruta, basada en los “dos objetivos centenarios” heredados del XVIII Congreso.

El primer objetivo centenario es construir una “sociedad moderadamente próspera” (xiao-kang) para 2021, el centésimo aniversario de la fundación del PCC. La clave aquí es garantizar una amplia prosperidad y eliminar prácticamente la pobreza.

El segundo objetivo centenario es el de transformar a China en una “nación plenamente desarrollada y avanzada” para 2049, el centésimo aniversario de la fundación de la República Popular.

La visión, confirmada en el Congreso, es que China sea una sociedad socialista próspera, civilizada, armoniosa y moderna, que pueda hacer alarde de una sólida gobernancia. Una China de esas características sería una potencia global líder, ubicada en la parte superior de la lista de economías avanzadas.

El XIX Partido del Congreso avanzó en cuanto a marcar el camino entre esos dos objetivos, asegurando que una vez que se hubiera concretado el primer objetivo centenario, la próxima tarea de China sería modernizar la sociedad china para 2035.

Una China de esta naturaleza sería un líder mundial en innovación, con un medio ambiente limpio, una clase media grande y una brecha mucho más estrecha entre el crecimiento rural y urbano, servicios públicos y estándares de vida. Para alcanzar estos objetivos hará falta, primero y principal, que el liderazgo de China entienda dónde está China en el proceso de desarrollo.

En este sentido, es prometedor que los líderes de China admitan en el último Congreso que China está y seguirá estando en la primera fase del socialismo y por ende, debe anteponer el desarrollo, con la expectativa de que el crecimiento económico resuelva los problemas del país.

Frente a esto los principales líderes de China prometieron que continuarían implementando reformas estructurales y fomentando la liberalización económica.