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Vehiculos, conductores y accidentes

El país en general y la ciudad de Guayaquil, en particular, tienen un serio problema de control del flujo del tránsito. Las estadísticas oficiales revelan que el número de accidentes en este ámbito va en ascenso. Esto responde a diferentes factores, pero fundamentalmente por la acción, impericia y negligencia de los conductores de vehículos en las calles de las urbes y carreteras del país.

Cada vez hay más pruebas sobre este grave problema. La Agencia Nacional de Tránsito (ANT) busca desarrollar programas que intenten prevenir los siniestros (que aumentan), contribuir con políticas que mejoren la seguridad vial, y por lo tanto, salvar vidas de conductores de diferentes vehículos (autos, carros pesados, motos, etc.) cuanto de peatones.

Para esto buscan realizar programas, campañas y acciones para reducir los accidentes. Con ello implementan un “Pacto Nacional por la Seguridad Vial” entre funcionarios del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), junto a representantes de diversos medios de comunicación.

El encuentro y finalidad del acuerdo es contribuir a crear mayor conocimiento social respecto al comportamiento de conductores de vehículos. Con ello esperan incrementar y elevar los niveles de conciencia, de choferes y peatones para obtener resultados positivos: bajar los índices de siniestralidad. Esto es una necesidad, pues Ecuador está entre las naciones de mayor riesgo y peligro en seguridad vial.

Tienen razón quienes lo organizan. Pues las cifras dicen que en el país cada día seis personas pierden la vida por siniestros de tránsito que, con una adecuada conciencia del conductor se pudieron evitar. Hay una cifra reveladora: el 98 % tiene que ver con la responsabilidad de choferes y solo el 2 %, por razones realmente fortuitas. Es grave que el 2017 los accidentes de tránsito dejaran 2.153 muertes.

Esto da un escenario negativo y grave para conductores y peatones. Por eso es importante que toda la sociedad ponga su granito de arena para que el programa y la campaña para reducir accidentes, sea realmente asumida y sus objetivos se cumplan. El Ecuador no puede seguir con inseguridad vial. Necesita, con urgencia, reducir el número de siniestros y muertes que se producen continuamente por impericia de los choferes.