Elecciones. Alejandro Domínguez ocupaba el cargo interino en el organismo por Napout. Ayer en los sufragios fue respaldado.

Vacunas contra zika y mas...

El brote del virus del Zika, al igual que el virus del Ébola antes, ha resaltado el riesgo que las enfermedades infecciosas pueden plantear para la salud de países enteros -y la importancia de las vacunas para combatir las epidemias de rápida propagación. Por cierto, ya hay esfuerzos en marcha para encontrar maneras de inocular a la gente contra ambos virus. Sin embargo, las vacunas también juegan un papel crucial a la hora de protegernos contra una amenaza mucho más letal y predecible: las infecciones resistentes a los medicamentos. Los patógenos resistentes causan unas 700.000 muertes cada año. Si no tomamos las precauciones necesarias, matarán a unos diez millones de personas por año para 2050. Las vacunas ofrecen una oportunidad única. Al reducir la cantidad de infecciones, limitan la necesidad de medicación. Y como el uso (o abuso) de antibióticos es lo que conduce a una resistencia a los medicamentos, la presión sobre la generación de tratamientos efectivos amainará. Desafortunadamente, el valor que puede ofrecer la vacunación en esta área todavía no ha sido reconocido como corresponde. En consecuencia, no estamos moviéndonos lo suficientemente rápido: no hay ninguna vacuna disponible para las tres amenazas de resistencia que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. consideran “urgentes”: Clostridium difficile, la enterobacteriaceae resistente a los carbapenemas y la Neisseria gonorrhoeae resistente a las drogas, y tampoco existen suficientes vacunas potenciales contra estos patógenos que estén siendo sometidas a ensayos clínicos. Asimismo, ha habido problemas en el desarrollo de vacunas para combatir la tuberculosis o -más preocupante aún- la tuberculosis resistente a múltiples drogas. Incluso existen vacunas que no son utilizadas lo suficiente como para que tengan un impacto importante en el uso de antibióticos y en la resistencia a ellos.

Maximizar el potencial de las vacunas para combatir la resistencia a los antimicrobianos requiere de una mayor aplicación de las vacunas existentes en seres humanos y animales e implica desarrollar nuevas vacunas que, en el corto plazo, podrían ser generadas mediante un Fondo para la Innovación Global de 2.000 millones de dólares, destinado a una investigación inicial de vacunas y otras alternativas viables para los antibióticos. Y en áreas donde la investigación y el desarrollo no son una propuesta atractiva, se les debe brindar a los desarrolladores la oportunidad de generar ganancias a partir de productos útiles. Dependiendo de las características de los diferentes productos, las posibles intervenciones incluirían fomentar compromisos por parte del mercado y recompensas por entradas en el mercado. Las vacunas tienen el potencial de ejercer un enorme impacto en la resistencia a los medicamentos si se las incluye como parte de una serie amplia de intervenciones para combatir el problema. Afortunadamente, la conciencia de este desafío está empezando a afianzarse. El ímpetu que se está generando en los sectores público y privado no se debe desaprovechar.

Project Syndicate