Para que Ecuador cree universidades cuyas características les permitan considerarlas como instituciones de rango mundial, hacen falta, al menos, 20 años, en el caso de que sean establecidas recientemente.

Así opina el excoordinador de educación del Banco Mundial y experto internacional en educación superior, Jamil Salmi, quien visita por primera vez el país para asistir al Seminario de Excelencia Académica que se realiza desde ayer en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol).

“Si se trata de transformar universidades existentes, quizás sea la mitad del tiempo, de ocho a diez años”, agregó.

El consultor marroquí considera a Ecuador como “uno de los pocos países de la región que han desarrollado una visión para el futuro de la educación superior”, a través de la creación de cuatro nuevas universidades y la inversión “que llega al 2 % del Producto Interno Bruto (PIB)”.

En el seminario aborda, entre otros aspectos, las condiciones que permiten la búsqueda de la excelencia académica, entre las que destaca tres: concentración de talento, tanto de docentes como de estudiantes; disponibilidad de recursos adecuados; y la gobernanza y autonomía de las universidades, que son un desafío para las públicas.

De igual forma, señala que entre los factores clave para lograr el éxito están la internacionalización, planificación estratégica, innovaciones curriculares en métodos pedagógicos, enfoque en ciencia y tecnología, benchmarking y liderazgo desde las autoridades.

El encuentro forma parte de la preparación de la ‘Agenda 2035’, una iniciativa de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) y la Asamblea del Sistema de Educación Superior (Asesec), con el propósito de construir las políticas públicas que delineen el camino de la academia al año 2035.

Lorena Araújo, subsecretaria general de Educación Superior, señaló que la participación de Salmi ayudará a entender, desde contextos internacionales, cuáles han sido las transformaciones de la universidad ecuatoriana y cuál es la prospección que el Estado, las autoridades y la comunidad universitaria tienen.