Alrededor de 720 buses de 24 líneas de transporte que recorren parte del norte de la ciudad se integran en diciembre al reordenamiento de recorridos y paradas.

Se trata del cuarto corredor urbano, que involucra a las avenidas Isidro Ayora y Agustín Freire, que ya tienen paraderos techados y tótems.

Sin embargo, usuarios del servicio consultados por este Diario dicen desconocer o tener poca información sobre las paradas que se establecerán para las líneas en el norte.

El proyecto se suma a los corredores 1 (Suburbio-Centro); 2 (Esmeraldas-Los Ríos); y 3, que involucra a las avenidas José Rodríguez Bonín, Barcelona y a la calle Aguirre, con los que la ATM busca ordenar la circulación del transporte público.

Lorenzo Monar, morador de la ciudadela La Garzota, recurre a los buses de la línea 90 para movilizarse desde ese sector hasta el centro de la ciudad. Espera que el nuevo corredor sea similar a los tres primeros, que ofrecen información del itinerario de las unidades, incluso en sistema braille para personas con discapacidad visual.

“Se requiere de un orden, empezando por el conductor, porque hay momentos en que debemos subirnos prácticamente volando o simplemente no nos quieren llevar”, opina.

María Cajamarca tiene 68 años y padece de dolores en las articulaciones. Es moradora de la ciudadela Sauces 7 y le preocupa que por la distancia de las paradas deba caminar más para tomar el bus urbano.

Mientras, el conductor Vicente Flores teme que se limiten los espacios de parqueo en la Agustín Freire por la ubicación de los paraderos.

“Es uno de los pocos sectores del norte de Guayaquil donde encuentras parqueos, esperemos que no se prohíba el estacionamiento”, manifiesta.

La conductora Marlene Castro espera que con las paradas desaparezca el cuello de botella que se forma en Agustín Freire y Rodolfo Baquerizo Nazur, especialmente en horas pico. “Los buses en el intento de cruzar a la fuerza ponen en riesgo a terceros”, expresa.

El gerente general de la Autoridad de Tránsito Municipal, Andrés Roche, indica que los paraderos son ubicados de acuerdo con un estudio.

“Antes de habilitar un corredor hay un curso de inducción para los conductores de buses, como atención al cliente y normas de tránsito”, remarca Roche, tras recordar que la inversión del mobiliario y mantenimiento está en manos de la empresa asociada, JcDeCaux.

El funcionario destaca que Guayaquil es la única ciudad que tiene control de la flota de buses urbanos que incluye multa electrónica para el transporte público, para evitar el exceso de velocidad y que cumplan con la ruta autorizada.

Instalarán plataformas en unidades

La ATM firmó con la empresa Hunter la instalación y mantenimiento de los dispositivos eléctricos para 150 buses de diferentes líneas.

El acuerdo permite la ampliación del servicio de traslado a las personas que pertenecen a un grupo vulnerable.

Según el contrato, Hunter debe cumplir con la labor en un plazo máximo de 15 meses.

Los primeros 90 días servirán para la medición respectiva, la fabricación o importación de los dispositivos y su instalación.

La socialización e información del servicio están en manos de la ATM.