Ocupación. Carlos Criollo, en su local en el Mercado Artesanal Guayaquil, realiza los cortes del cuero, entre todas las muestras que conserva.

La talabarteria artesanal, un noble oficio por desaparecer

La aparición de las industrias y tecnología incide en la disminución de la actividad. Los materiales sintéticos no alcanzan la calidad del cuero.

En su pequeño taller ubicado en el mercado artesanal de las calles Loja y Baquerizo Moreno en Guayaquil, entre implementos como estiletes, clavos, piedras o chaidas, remachadora manual, pulidoras y tijeras entre algunos otros, sobre una mesa de metal desarrolla su tradicional labor Carlos Criollo, un ambateño radicado en el puerto y dedicado a la talabartería o trabajos en cuero desde hace tres décadas.

Criollo viaja cada semana a su ciudad natal, para abastecerse de la materia prima (cuero) que utiliza para su trabajo de elaboración de chompas, llaveros, billeteras, pulseras y faldas de cuero.

Según Criollo, “hay que tener vocación para cualquier cosa que tenga que ver con arte o creatividad. Me inicié a los 12 años y a los 15 ya pude desenvolverme trabajando como ayudante”.

Las cantidades que adquiere en las curtiembres de Ambato no son planificadas con anterioridad, pues dependen del volumen de pedidos que reciba.

Su producción es de calidad, las chaquetas son originales de su creatividad artesanal y cien por ciento de cuero, lo que les garantiza durabilidad, aparte de tener acabados muy elaborados y finos. “No se comparan con las de materiales sintéticos, ni en calidad, ni en belleza”, comenta el artesano. “En Ambato están las mejores curtiembres del país. En esa ciudad es muy común desarrollar este tipo de empresas. Allí van a proveerse de cuero desde todas partes del país”, concluye Criollo.

Con la aparición de materiales sintéticos y máquinas modernas de alta tecnología, la talabartería artesanal tradicional y el uso del cuero animal van perdiendo campo. El cuero sintético más apetecido es el chino, que es un poco más costoso que otros materiales que imitan al cuero animal. Luce bien al principio, pero dura poco.

“El talabartero es considerado artesano y la mano de obra en esta industria del cuero tiende a desaparecer, con la aparición de las industrias y la tecnología”, dijo Patricio Callejas, jefe de Compras y Logística de las Curtiembres de Tungurahua.

Hay productos que no aceptan la utilización de materiales sintéticos; son los que mantienen la industria e impiden su desaparición, tales como las monturas para equinos o el calzado y tapicería fina. (F)