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Inés Manzano: ¿Merece la pena todo esto?

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Lo resuelto por una jueza de EE.UU. sobre un delincuente de cuello blanco como Pólit, tal vez se vio opacado por los cortes

Hace unos días el presidente del Gobierno Español, del partido de izquierda PSOE, escribió una carta a los ciudadanos españoles, luego de que su esposa Begoña Gómez está siendo investigada por los delitos de tráfico de influencia y corrupción privada, denunciados por periodistas.

Sobre esa carta, una vez que se la leído, uno puede pensar que es un acto de amor, o una reflexión inapropiada para compartir, o que es una profunda necesidad de parar su tiempo al estilo Mafalda (“paren el mundo que me bajo”); y en ella realiza una pregunta vital: ¿merece la pena todo esto?.

En otro lado del Atlántico, lo resuelto por una jueza de EE.UU. sobre un delincuente de cuello blanco, como Pólit, tal vez se vio opacado por los cortes de energía eléctrica. Pero es una realidad letal. Un entramado que envuelve a todos, y cuando digo a todos, es a las cabecillas políticas.

Nosotros como ciudadanos o nunca nos enteramos, o vimos un enriquecimiento totalmente ilícito en ‘mute’. Pólit ha sido funcionario público mucho antes de que Correa lo nombre en el año 2007, quedándose una década y resulta que es millonario.

No es ni empresario exitoso, no inventó nada, no innovó nada, pero ciertamente extorsionó, robó y se enriqueció con ese dinero que no llegó a las arcas del Estado para arreglar la solución vial que necesita el campesino, el saneamiento ambiental de comunidades, la atención médica a madres embarazadas; ni tratamientos de enfermedades para personas de escasos recursos; o para las mejoras físicas y tecnológicas de salas de escuelas. Eso es lo que se nos robó: el genuino desarrollo que deben tener los ecuatorianos.

Nos robó la salud, la enseñanza apropiada y la oportunidad de salir adelante. Me pregunto si él estará pensando: ¿mereció la pena todo esto? ¿Mereció la pena darle trabajo inmoral a su hijo? Esta clase de mal hombre hace que otros mediocres se evidencien como mejores, pero no lo son.

Vuelvo a Madrid, y a la pregunta de Sánchez. O esto es como dice el refrán: “cuando el río suena, piedras trae”, o es una corriente de impulso al 'lawfare', que es el “uso de acciones legales para causar problemas a un oponente”, de acuerdo con el Cambridge English Dictionary. Lo mismo que opinan algunos sobre el caso de Glas.

Hace unos días estaba en Harvard, en Yenching Auditorium, dando una charla sobre sostenibilidad y desarrollo, evidenciando que la falta de gestión pública apropiada nos aleja de soluciones viables y a largo plazo respecto del uso de nuestros recursos naturales renovables y no renovables. El dilema de hoy no es entender que el desarrollo sostenible es el equilibrio entre lo económico, social y ambiental, sino que nos enfrentamos al resquebrajamiento de las bases: 1. Falta de liderazgo reflexivo como el de Jesús, quien decía la verdad en diferentes formas y foros, y no se retrotraía por intereses de ningún tipo. 2. Erradicación de los valores. 3. Invisibilización de la dignidad humana.

No somos nadie ni seremos algo si en el camino no ahondamos en estos tres elementos, porque sin las personas y sin valores no habrá liderazgo digno de emular, preservar o aplaudir.

Para tener una respuesta positiva a la pregunta del editorial, se necesita un cambio profundo, rápido e integral.