Sixto, un politico
no convencional

la RC ha vuelto banal, agresiva e intolerante la política. Presumiendo de la patria, de representarla y de hablar en su nombre, la corrupción y las malignas garras del enriquecimiento ilícito corroen la economía pública. El “marketing” electoral busca ocultar este inmenso cáncer. Pero todos lo ven. La muerte de Sixto Durán-Ballén es una oportunidad para reflexionar sobre otra forma, estilo y modo de ser político y hacer política.

Arquitecto, constructor, político tolerante y honesto. Ministro, alcalde y presidente. Construyó y reconstruyó cuando el país lo necesitó. Debiera ser imitado por quienes falazmente dicen amar la patria, tener las manos limpias y los corazones ardientes. Sixto fue todo lo contrario. Sencillo y transparente, abierto al diálogo, hombre sincero y honrado.

El momento lo escogió. No buscó ser el vengador de 1941. La frase “Ni un paso atrás” es historia viva, grito del pueblo. La hizo suya y la proyectó. Ecuador no podía perder otra vez enredado en los hilos de la diplomacia. En 1995 nuestras FF. AA. vencieron. No era posible que esa victoria y heroísmo en el campo de batalla se tradujesen en claudicación.

Interpretó el auténtico patriotismo. Reconoció el heroísmo de nuestros soldados en el Cenepa, que todos valoramos. Por eso supo que no se debía dar un paso atrás.

Ecuador sintió que el valor de sus soldados en el Cenepa saldó la vergüenza de 1941. Recordémoslo en el balcón de Carondelet, con fervor patriótico de presidente que no ofendió ni vejó a las FF. AA. sino que reconoció su aporte y sacrificio. Evoquémoslo como el político respetuoso que jamás consideró enemigos a sus oponentes. Como el gran melómano, poseedor de la mejor biblioteca de música clásica y del hombre que en las radios Bolívar y Clásica, de Quito, condujo un programa de este tipo de música, que muchos recuerdan y añoran. Como el hombre tolerante e ilustrado que no ofendió a la Universidad Andina sino que le donó su colección de más de 3.000 LP para que ese centro de educación superior lo preserve como tesoro cultural del país. Hoy estará oyendo a Beethoven, a Bach y a Mozart en el lugar que él ganó y que Dios le asignó.

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