
El Salado, ni para banos ni deportes
Los metales. El cobre y el zinc, también presentes en ciertos ramales del estero, en altas dosis, causan daños al hígado, cólicos, dolores abdominales y fiebre
Una investigación universitaria confirma lo que era una percepción: el estero Salado tiene tal grado de contaminación que no es adecuado para bañarse allí. Incluso, ni para prácticas deportivas.
Y no solo en sectores más deprimidos como el ramal que toma el nombre de Mogollón, en la zona del suburbio, sino incluso en otras donde tiene un mayor caudal o recibe más cuidado y limpieza, como en los puentes Portete y 5 de Junio.
Así lo establece un estudio realizado por los investigadores Beatriz Pernía y Antonio Torres, catedráticos de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil, y el estudiante de Ingeniería Ambiental de esa entidad, Wilson Rojas.
Según afirman, hay elementos contaminantes que superan los niveles permitidos por la normativa internacional.
Por ejemplo, en la zona del puente Portete, el de cadmio, que debería ser de 0,005mg/l (miligramos por litro), es de 0,08 mg/l. Y el de plomo, que debería tener un límite máximo de 0,001 mg/l es de 0,26 mg/l.
Además, cerca del centro comercial Albán Borja (cerca de la ciudadela Miraflores); el puente zig-zag (junto a Urdesa), el 5 de Junio (que une a la avenida 9 de Octubre con la ciudadela Ferroviaria), la presencia de parásitos gastrointestinales y coliformes fecales en el agua es “altísima”.
“Allí la gente no debería ni siquiera practicar deportes”, asegura la bióloga e investigadora.
“Lastimosamente hay sectores, sobre todo del suburbio, donde la gente lo hace o se sumerge a conseguir caracoles, mejillones u otras especies”, lamenta.
¿Y qué efectos trae esto? A criterio de los expertos, la posibilidad de afectaciones a la salud.
El cadmio puede producir cáncer, diabetes y osteoporosis, dice la bióloga. El plomo, en cambio, puede provocar anemia, náuseas, daños en los riñones y los fetos, así como alteraciones en la presión sanguínea, el aprendizaje y el comportamiento.
“Sería bueno que investigaciones de este tipo se lleven a cabo en Ecuador, aquí poco o nada se sabe sobre lo que causa el mercurio o el cobre, también presentes en esas aguas”, dice Paúl Palacios, especialista en medicina general y pública. Añade que la exposición intrauterina al mercurio, por consumo materno de pescado o mariscos contaminados, podría dañar el cerebro, el sistema nervioso y el habla del bebé.
Sin conocer los datos que aportan los biólogos y médicos, hay vecinos del estero que sospechan de sus efectos.
Sonia Intriago, quien habita en la avenida José Santiago Castillo, en la ciudadela Kennedy Norte, cerca de la Unidad de Policía Comunitaria, dice haber tenido problemas para concebir. Vive en la ciudadela hace 34 años. Los médicos atribuyen su problema a la situación ambiental del lugar. “Me dicen que los gases que emanan estas aguas podrían ser una de las causas por las que no quedo embarazada. Prefiero pensar que no es así. No tengo dinero para cambiarme”, dice.
Investigaciones complementarias deberán confirmar o desvirtuar si existen afectaciones en la salud causadas por la cercanía del estero. Por lo pronto, lo que queda claro es que, un siglo después, constituye un riesgo bañarse en el que fuera el espacio del primer balneario de Guayaquil.
Heces, el índice más alto
Según la norma ambiental, la concentración de coliformes fecales no debería pasar de 4.000 NPL/100ml (Número más probable de coliformes por 200 mililitros), para ejercitarse o bañarse.
Los resultados, según un análisis realizado junto a los puentes zig-zag y 5 de Junio, indican que los niveles alcanzan los 547.500 NPL/ 100ml. Es decir, no es recomendable bañarse ni hacer deportes allí.
La recuperación del estero fue un objetivo del anterior presidente del país, Rafael Correa, quien anunció su intención de bañarse en el Salado al finalizar el programa, pero esto no se dio. Él alegó una falta de control del Municipio, que en cambio, defiende su labor de vigilancia y limpieza.