Los sacerdotes de la Sociedad Jesucristo

Señor director: Soy una de las bienaventuradas a quienes los sacerdotes de la Sociedad Jesucristo Sacerdote me llevaron a conocer a Jesús. Me ayudaron acogiéndome en la casa de Dios, tanto a mí como a mis padres, nos acogieron con amor. Nos acompañaron y dieron la extrema unción a mi padre en su lecho de muerte.

Son bienaventurados, porque cuando mis amigos divorciados por la ley y casados en segundas nupcias les han pedido cita privada, estos sacerdotes los han recibido con los brazos abiertos y les han recomendado mantener el hogar para el bienestar de sus hijos pequeños y que cultiven un estilo de vida cristiano mediante la participación en la santa misa. Además son venerables, porque me han ayudado a actuar con caridad. ¿Sería posible que unos sacerdotes “que en el confesionario perturban el fuero interno por el sexto mandamiento” atiendan filas de decenas de personas en misa diaria y más de cien personas en cada misa dominical?...

Asisto diariamente desde hace 15 años a las misas celebradas por los sacerdotes de la Sociedad, si bien he escuchado en sus sermones hablar sobre la existencia del infierno, muchas más veces he escuchado sus prédicas sobre el amor inmenso del Señor y su eterna misericordia que es lo que me mueve a querer a Dios y a Su Iglesia.

Ab. Yvette Santos León