M e llama la atención un hecho que se ha constituido en una costumbre en Ecuador cuando se realizan auditorías en la gestión pública. Cuando en dichas auditorías se detectan irregularidades, se establecen responsabilidades a toda la cadena de mando, incluyendo a las máximas autoridades de la institución.

Por ejemplo, si en una refinería se encuentra un aparente faltante de combustibles, se trata de responsabilizar a la máxima autoridad de la misma. No se establece un análisis detallado de seguimiento de los vínculos de dichas autoridades, ni la existencia de órdenes o disposiciones que comprueben el involucramiento del alto funcionario, si no, por el hecho de ser la máxima autoridad se da por sentado que tiene responsabilidad.

En el caso de la refinería mencionado, la máxima autoridad es nombrada al igual que sus subordinados, entonces si se involucra a alguien, la cadena debe seguir hacia arriba. La pregunta es: ¿tiene responsabilidad la persona que nombra a los funcionarios de todo nivel? A mi entender debería establecerse la relación de responsabilidad y no juzgar por el hecho de ser superior jerárquico incluirlo como involucrado.

¿Son los nominadores culpables de los actos de corrupción de funcionarios nombrados por ellos? Según los auditores, y siguiendo el ejemplo de arriba, así debería ser.

Ing. José M. Jalil Haas