El reacomodo de la oposición

El reacomodo de la oposicion

El diálogo movió el tablero de las organizaciones políticas contrarias al Gobierno, incluso dentro del movimiento oficialista.

El tablero de la oposición cambia. La llegada del presidente Lenín Moreno movió las fichas dentro de las organizaciones políticas que antes, durante la gestión del expresidente Rafael Correa, eran etiquetadas como oposición y nada más.

El llamado al diálogo nacional y el acercamiento directo del primer mandatario con altos dirigentes de varias agrupaciones políticas son los principales factores de este movimiento de fichas, concuerdan dos expertos en consultoría y comunicación política consultados por EXPRESO. Ambos coinciden en que esta apertura de Moreno lo que ha hecho es crear categorías, matices, facciones, o como se lo quiera llamar dentro de la oposición.

Alfredo Dávalos, consultor político y director del Programa Internacional en Consultoría Política de la Universidad San Francisco de Quito, divide ahora a la oposición en cuatro categorías: reactiva, coyuntural, pasiva y oculta. A cinco de las 16 organizaciones políticas nacionales las ubica en la última categoría señalada. Estos son, explica, los que no se sabe cuáles son sus objetivos, en qué están trabajando o cuál es su agenda inmediata.

Pablo Jaramillo, periodista y comunicador político independiente, se inclina por dividirla en tres niveles: la dura, la que está en tregua y la disminuida. En la segunda categoría coloca a los partidos y movimientos Izquierda Democrática, Pachakutik, Social Cristiano, Fuerza EC y SUMA cuyos máximos líderes han tenido acercamientos con el primer mandatario.

Hay otro punto en que coinciden, es que, por primera vez, hablan de ubicar a Alianza PAIS en el lado de la oposición, o por lo menos a una facción del movimiento oficialista. “Hay un grupo que es incondicional al expresidente Correa y se ven amenazados. Esa ala que antes estaba en el poder muy sólida ahora no tiene la misma fuerza. Hoy (Moreno) tiene un panorama muy diferente al que tuvo Correa”, comentó Jaramillo.

Dávalos es un poco más duro en su apreciación sobre esa ala de PAIS: “Ahí está la peor oposición que tendrá el presidente Moreno. La más dura oposición saldrá de PAIS. Lo veremos en los próximos días”.

Ambos se refieren a la ruptura entre el presidente Moreno y su vicepresidente Jorge Glas a quien retiró todas sus funciones, luego de que este último publicara una carta en la que cuestiona al primer mandatario por tratar de “institucionalizar la corrupción”. El mismo discurso vino de Bélgica, a través de Twitter, con las palabras del expresidente Rafael Correa, quien fue el primero dentro de PAIS en iniciar el frente en contra de Moreno.

No obstante, quien empezó a a reclamar el puesto de líder de la oposición en estos últimos días es el excandidato presidencial por el movimiento CREO, Guillermo Lasso. “Alguien tiene que representar una visión contraria al Gobierno... La obligación es sentarse como yo me he sentado en la silla de la oposición. Una silla que me dieron más de la mitad de los ecuatorianos el 2 de abril y mi obligación es no abandonarlos”, replicó el político en una entrevista radial el pasado 2 de agosto.

Tanto Jaramillo como Dávalos tienen sus reparos. El primero cuestiona al líder de CREO por mantener esa postura “radical” en contra del Gobierno lo que evidencia, a su criterio, que “no supo leer bien el momento político”. “Lasso leyó la coyuntura en el sentido de que tenía que seguir siendo el opositor férreo del Gobierno y lo que ha hecho es aislarse”, expresó. Mientras que el segundo lo critica por ausentarse después de las elecciones lo que le restó fuerza. “Terminó la campaña y tuvieron que pasar tres o cuatro meses para volver a saber de él. Eso siempre pasa en Ecuador. Eso es complejo”.

Pese a la desarticulación de la oposición y el debut de una facción de PAIS en ese lado del tablero político, Dávalos considera que las agrupaciones políticas contrarias mantienen el mismo ritmo que cuando estaba el presidente Rafael Correa. Eso no es bueno. “Vemos una oposición sin estrategia, sin agenda política y mediática”.

Antes, asegura, un grupo de la oposición lograba articularse en temas específicos de la coyuntura. Ahora, “el tema del diálogo los ha dejado sin piso”.