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Programas viales y sus costos

El más importante puente que se ha construido en Ecuador es el que uniendo Guayaquil con Durán, conecta a la sierra con la costa, sirviendo para concluir el transporte ferroviario que construyó Alfaro y que terminaba en Durán para utilizar el sistema fluvial entre dicha orilla y la de Guayaquil.

Un consorcio italiano se encargó de su construcción mediante el pago por el sistema de peaje, y su costo llegó a US$ 600.000. Hoy se han construido algunos puentes, el que une Bahía con San Vicente por ejemplo, que no es ni la décima parte del puente de la Unidad Nacional y que ha llegado a costar más de US$ 100 millones. Es verdad que los costos de los materiales y la mano de obra se han incrementado en los últimos 20 o 30 años en cifras verdaderamente significativas. Pero de ninguna manera pueden haber sobrepasado las que actualmente se han pagado por los puentes. Y no nos referimos exclusivamente a la “década ganada” por el correato, sino que los costos en el comercio internacional, especialmente para maquinarias y otros elementos de la construcción, han subido casi sideralmente en los últimos tiempos.

La construcción hace casi 50 años del puente de la Unidad Nacional, con el sistema del peaje no le costó al Estado ni un solo centavo. Así debieron hacerse muchas obras en el país y no tendríamos los problemas de sobreprecios, corrupción en los contratos y en los actos de recepción de obras inconclusas, como ha ocurrido en varios de los edificios de la famosa universidad de Yachay.

Ya es la hora de iniciar los programas que se prometieron en la campaña electoral: la construcción de 200 mil viviendas para entregarlas gratuitamente a los pobres y la creación de 40 universidades técnicas. En el 1° año de gobierno, que se cumplirá luego de 3 meses, no se puede decir que hayan arrancado los dos programas. En este primer año de gobierno debieron haberse construido 50 mil viviendas y por lo menos dos universidades. Las grandes dificultades que ha tenido el nuevo gobierno, con una crisis económica y fiscal muy profundas, han impedido que se empiece y que se obtenga la financiación, y por tanto, que se cumplan esas metas. Pero en los 3 años sucesivos tienen que esmerarse, a fin de que al final del mandato pueda decir el Gobierno que ha cumplido su palabra.