Para que los niños se desarrollen de manera normal deben recibir no solo el cariño y afecto de sus padres en los hogares, sino también la enseñanza adecuada en las escuelas por parte de profesores capacitados. Sin embargo, a veces ocurren hechos que provocan la indignación y estupor de la colectividad cuando ciertos maestros inescrupulosos de centros escolares cometen con engaños repudiables abusos sexuales en contra de inocentes infantes.

Recuerdo que hace tiempo en la Sierra se conoció que un supuesto “educador” había ultrajado a varios menores de edad en una escuela rural, hasta que uno de los chicos afectados perdió el miedo (porque todos estaban amenazados de muerte) y le contó a un familiar, por lo que el degenerado fue capturado y procesado por la justicia. Ahora, en Guayaquil acaba de suceder una situación similar con el agravante de que existen decenas de denuncias presentadas por angustiados padres de familia por presuntas violaciones registradas en el baño de un local escolar de esta ciudad.

El colmo es que los investigadores han encontrado en el celular de un “profesor” fotos que serían pruebas o evidencias certeras de tan desgraciado acontecimiento, el mismo que seguro dejará marcada la vida de los infortunados angelitos que resultaron agredidos por haber aceptado “caramelos” con los que fueron drogados según sus propios testimonios.

Lic. Jhonny Muñoz Lima