Posiciones sobre la situacion de Venezuela

La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) anunció este martes que las fuerzas de seguridad venezolanas han “maltratado” y “torturado” de forma “generalizada y sistemática” a manifestantes y detenidos. El organismo ha acusado a las fuerzas de seguridad de ser responsables de la muerte de al menos 46 manifestantes (de 124 muertes investigadas hasta el 31 de julio en el contexto de las protestas) y de llevar a cabo más de 5.000 detenciones arbitrarias. Los grupos armados progubernamentales, denominados “colectivos armados”, por otra parte serían responsables de 27 fallecimientos.

Las conclusiones del equipo de expertos de las Naciones Unidas indican la existencia de un patrón de otras violaciones de derechos humanos, que abarcan allanamientos violentos de viviendas, torturas y malos tratos a las personas detenidas en relación con las protestas, señaló el organismo en un comunicado.

“Estas violaciones ocurren en plena ruptura del Estado de derecho en Venezuela, con ataques constantes del gobierno a la Asamblea Nacional y a la oficina de la fiscal general”, subraya el documento.

La posición del Mercosur. La decisión está tomada. Desde el sábado, Venezuela ya no será parte del Mercosur. Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los cuatro integrantes del bloque regional, aplicarán la “cláusula democrática” contemplada en el Protocolo de Ushuaia, cuya sanción última es la exclusión del país caribeño de todos los órganos de acción del bloque regional. En rigor, significará la expulsión de Venezuela del Mercosur.

La última cumbre del Mercosur en Mendoza ofició como un ultimátum para el régimen de Nicolás Maduro, quien no dio ninguna muestra de frenar el proceso. Así se transforma en el primer organismo multilateral en aplicar sanciones a Venezuela.

La posición de Ecuador. La canciller ecuatoriana María Fernanda Espinosa ratificó en Caracas la posición de su gobierno de respeto a la soberanía de los Estados y la no injerencia en sus asuntos internos, en su discurso en la VI Reunión Extraordinaria del Consejo Político de la ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos). Habría que preguntarse qué valor tiene ahora la ALBA.

La titular condenó, además, “las sanciones unilaterales que se pretenden imponer a la República Bolivariana de Venezuela” y dijo que solo afectan al pueblo venezolano y vulneran su derecho al desarrollo.

Estas determinaciones del pueblo venezolano, dijo, no pueden ser cuestionadas por terceros Estados, sin que dicho acto constituya injerencia en los asuntos internos de un país.

La Cancillería ecuatoriana debería revisar bien las normas de Derecho Internacional. En ningún caso se puede considerar injerencia en los asuntos internos de un país cuando este ha sido observado por violar el cumplimiento de los tratados sobre derechos humanos. El presidente Moreno se acaba de pronunciar rechazando la cantidad de muertos que se han registrado por la persecución de las fuerzas llamadas bolivarianas contra la oposición.

Declaración que la consideramos un cambio real a la posición absurda que habíamos mantenido a favor de Maduro, un ridículo imitador de Chávez.

La reunión en Lima. Representantes de 17 países de la región se han expresado en contra del régimen del presidente Maduro.

A la cita en la capital peruana llegaron, entre otros, representantes de Chile, México, Canadá, Argentina, Colombia, Brasil, Panamá, Costa Rica, Guatemala, Honduras y Paraguay, y contempló la suscripción de un manifiesto de 16 puntos denominado Declaración de Lima.

Entre las enunciaciones más destacadas figura la que condena la ruptura del orden democrático en Venezuela y el no reconocimiento de la Asamblea Nacional Constituyente, promovida por el chavismo. Además, adquirieron el compromiso de mantener un seguimiento de la situación en Venezuela, a nivel de cancilleres, “hasta el pleno restablecimiento de la democracia en ese país”.

Eso sí, hay que rechazar la baladronada de Trump de amenazar con una intervención a Venezuela. Me imagino que será al estilo que Estados Unidos usó con Bin Laden, pero esta vez será para entregarlo a la Corte Penal de Justicia Internacional, en La Haya, de tal forma que sea juzgado por los crímenes de lesa humanidad que ha cometido.