Perlas de la aclaracion
Sin duda, pocos sectores tan regulados hay en el país como el de la educación particular, pues como dirían nuestros compatriotas serranos, prácticamente el ministerio “nos da diciendo y organizando” las estructuras de nuestros componentes presupuestarios.
El art. 11 de la Reglamentación dice: “Con fundamento a los principios del Sistema Nacional de Educación, las instituciones educativas aplicarán los porcentajes mínimos y máximos determinados a continuación: a) El costo de la gestión educativa corresponderá al menos al 50 % del valor total del costo de la educación; observando que el rubro de pago a docentes... sea al menos el 35 % del valor del costo total... b) Los costos administrativos corresponderán a un máximo del 35 %... c) Los costos de la provisión para reservas no podrán exceder el 5 %...”.
Y así, sigue hablando de los montos acumulables, de la provisión y del excedente, que en ningún caso pudiesen ser mayores al 10 %, dejando poco margen de maniobra para crecer en infraestructura e inversiones tecnológicas. Es más, para proyectos en infraestructura, estos se mandan a presentar para aprobación del Ministerio, quien puede aprobarlos o rechazarlos, frustrando o impidiendo el crecimiento de una institución particular.
Hacer educación privada entre nosotros, como bien puede verse, no es un paraíso y el Estado se encargó, además, de ir desmontando en esos diez años, aquellos rubros impositivos o de tasas que municipios y gobierno central contemplaban para la educación.
¿Dónde la voracidad económica? ¿Dónde el extremado deseo de lucro? Habría que preguntarse y ojalá haya respuestas.
Nos agradaría conocer de profesionales especializados, en fin, de gente de negocios, si hay algún otro sector tan absurdamente esclavizado por la norma para la gestión y su operación.
Sería conveniente gestar una política de apoyo, pues sin educación particular ni hay referente ni hay calidad, a menos que lo que busquemos sea continuar la senda ideológica sembrada desde hace 12 años, en la que claramente se tenía como meta una educación manipuladora de la mente de niños y adolescentes.