Labor. Siete médicos del Departamento Legal de la Fiscalía deben realizar, a diario, unos 30 reconocimientos.

El peritaje fiscal, el sustento en la investigacion del delito

A diario la Fiscalía Provincial del Guayas agenda un estimado de cien requerimientos de pericias solicitadas dentro de indagaciones y procesos judiciales de todas las unidades de Guayaquil y demás cantones.

Todo, dividido para apenas 15 profesionales fijos (4 psicólogos, 4 trabajadoras sociales y 7 médicos legistas) que tienen que multiplicarse para cumplir, no solo con las pericias que les toca realizar en el día, sino acudir a las audiencias de juzgamiento como testigos.

Una labor titánica que Diosa Emperador, responsable de la Unidad de Atención de Peritaje Integral (UAPI), procura cumplir con su contingente humano, pero ‘por más que quiera, no se alcanza a atender todo’, por falta de personal.

Algo que reconoce la fiscal provincial del Guayas, Patricia Morejón. Considera que mínimo se requieren diez psicólogos y otro número igual de trabajadores sociales, para atender a la provincia.

La demanda así lo requiere. Son de 25 a 30 reconocimientos médicos por lesiones o presuntas violaciones que los fiscales solicitan a diario, para sustentar las denuncias, detalla Emperador. Otro tanto de 25 son para valoraciones psicológicas y 30 de entorno social, por delitos de violencia intrafamiliar. En este último, los peritos “realizan tres entrevistas que no deberían de pasar una semana cada una”, explica la funcionaria.

Pero la labor de los peritos fiscales no queda ahí. A diario la UAPI recibe de 20 a 30 requerimientos de exámenes toxicológicos, psicosomáticos y psiquiátricos para practicarle a los procesados que están en los Centros de Rehabilitación Social de Guayaquil.

Todas las semanas la coordinadora hace un listado pidiendo autorización al centro de rehabilitación para que permita el ingreso del médico y pueda realizar el informe. Solo cuentan con dos días.

“De los 90 que enviamos para que les hagan las pruebas toxicológicas, psicosomáticas, reconocimiento médico legal, psiquiátrico, entorno social -porque a todos ellos tienen que hacerles este tipo de evaluaciones- a veces no todos salen el día que se les ha señalado”, menciona Emperador.

Los que quedan se suman al siguiente grupo, que no debe de pasar de 90.

La fiscal provincial resalta la importancia de la UAPI y su trabajo, especialmente con unidades de gran importancia como la más ‘sensible’, Violencia de Género; y la más neurálgica, Flagrancia, de donde se reciben unas cien pericias diarias. A ellas se suma la de Personas y Garantías.

Hace unos meses, la autoridad debió reorganizar la unidad y, especialmente el archivo. En el mezzanine del edificio de La Merced fue ubicada la Cámara de Gesell con un psicólogo para atender a las víctimas, una cámara lúdica donde se prepara a la persona afectada, trabajo social, psicología y la recepción de documentación.