En la estación de bomberos practican el amor al prójimo.

Paidopolis, una ciudad donde los ninos aprenden jugando

Ellos están en Paidópolis, la ciudad del niño, un lugar mágico y lúdico que nació hace 20 años para desarrollar todas las actividades del jardín de infantes del Instituto Particular Abdón Calderón (IPAC).

Un grupo de niños, entre 2 y 5 años, ingresa a un minicuartel de bomberos, se coloca los trajes rojos y se desliza por un tubo, simulando que va a sofocar el fuego. A pocos metros, otros pequeños abordan un trencito donde ponen a volar su imaginación, desarrollan habilidades artísticas y hacen manualidades rodeados de la naturaleza.

Ellos están en Paidópolis, la ciudad del niño, un lugar mágico y lúdico que nació hace 20 años para desarrollar todas las actividades del jardín de infantes del Instituto Particular Abdón Calderón (IPAC).

Abelardo García, director general de la entidad, indica que la propuesta de Paidópolis era cambiar fundamentalmente el proceso de enrumbar la educación preescolar como hasta entonces se la conocía. “Al ser fuente de estímulos permanentes a la creatividad, imaginación, desarrollo motriz, de los talentos del niño, se yergue como sólida columna que soporta el desarrollo evolutivo del pequeño que ahí vive sus experiencias”, agrega.

Paidópolis es una ciudad a escala donde hay casas, calles, semáforos, paso de cebra, etc. “La idea es que los niños pueden desenvolverse con naturalidad, pero al mismo tiempo crear fantasías”, indica Guiomar García de Molestina, directora académica.

El equipo de docentes parvularios garantiza que la educación de los niños se desarrolle de una manera excelente, cuidando al mismo tiempo la seguridad e integridad de ellos.

La labor la efectúan a través del juego en las pequeñas casas que son las aulas o en los espacios abiertos que simulan siempre un aspecto de miniciudad que mezcla lo real con lo mágico.

De ahí que los niños puedan ver un partido de fútbol en su miniestadio y también jugar y trepar sobre un dragón.

Los juegos los realizan en los elefantes de colores que forman un divertido carrusel; en el municipio, donde hay un tobogán y una sala de legos donde arman y construyen lo que desean; y en el arenero de las tortugas, al que llaman la isla del tesoro, porque está rodeada de arena y agua.

También cuentan con el cohete espacial; la estación del tren y del bombero; el castillo de príncipes y princesas; el iglú, que se ha convertido en un salón de música; y el fuerte de vaqueros, así como las fuentes y áreas verdes que rodean los exteriores.

“Cada espacio está diseñado para fortalecer el equilibrio, desarrollar la motricidad gruesa, creatividad, imaginación, acústica, etc.”, manifiesta.

El inglés y la tecnología son dos elementos que el IPAC no ha querido dejar de lado, ni siquiera en el jardín de infantes.

Los niños aprenden este idioma dentro y fuera de las aulas. Todos los elementos de Paidópolis sirven para desarrollar su vocabulario, a través de los comandos de sus maestros, de cuentos, títeres y libros gigantes.

Los salones del prekínder cuentan con pantallas electrónicas, proyectores, vídeos y Ipad donde los docentes utilizan aplicaciones especiales en inglés y español para desarrollar en los niños conceptos de matemáticas, lenguaje, etc.

Además, tienen laboratorios de computación y una capilla donde reciben formación humana. Todas las semanas, un capellán imparte la misa con diálogos, cuentos y parábolas dedicados a los pequeños.