Nuevos precios del petroleo

El precio de gasolina superior alcanzó los $ 3 por galón en gran parte de Estados Unidos en las últimas semanas, lo que sorprende a los consumidores pero no a los analistas de los mercados petroleros. Desde su mínimo local hace dos años, su precio se ha duplicado con creces. Los precios más altos apuntalan las fortunas de productores en el exterior y en el país. El FMI elevó la perspectiva de crecimiento del PIB de seis de los diez principales productores de petróleo en su actualización de pronósticos de 2018, y el crecimiento proyectado de los volúmenes del comercio mundial se elevó medio punto porcentual este año y el próximo. Los mayores ingresos petroleros mejoran las posiciones fiscales de la mayoría de economías productoras, y algunas han sacado ventaja del apetito más fuerte de los inversores globales de emitir deuda soberana. En EE. UU., los cinco estados con mayores alzas en producción de petróleo esta década registraron crecimiento del empleo del 2,75 % en 2017, el doble del promedio nacional. Mientras, la cantidad de plataformas petroleras a nivel nacional aumentó aproximadamente 50 %. Al mismo tiempo, si los costos de energía se duplican, este gasto insumirá una porción significativa de los presupuestos de los hogares estadounidenses. Según James Hamilton de la Universidad de California San Diego, a lo largo de la historia, todas las recesiones, excepto una, fueron precedidas por incremento de precios petroleros, y todas las alteraciones del mercado petrolero, salvo una, estuvieron seguidas por recesión. Pero los episodios que Hamilton examinó tenían más que ver con alteraciones de la oferta y la historia de los dos últimos años representa una combinación de fuerzas de oferta y demanda. Más importante, en el curso de esta alza de precios el tipo de cambio del dólar se depreció alrededor de 10 % sobre una base ponderada en función del comercio. Como el petróleo está cotizado en dólares en un mercado mundial, esto ha tenido un efecto material en los incentivos de los participantes del mercado en ambas hojas de la tijera de la oferta-demanda. Un dólar más débil aumenta el poder de compra de los socios comerciales de EE. UU. (efecto Dornbusch), lo que en parte se derrama a una mayor demanda de energía. Los productores de petróleo fuera de EE. UU. venden un bien denominado en dólares pero consumen una canasta de productos en dólares y otras monedas. Para ellos, un dólar estadounidense más débil reduce el precio de las exportaciones en relación a las importaciones, y así restringen la oferta. La tijera cierra con más demanda y menos oferta, lo que implica un precio del petróleo en dólares más elevado. Si continúa, ¿el resultado sería un pico en los costos de la energía? Nuestra respuesta tentativa es no, por tres razones. El dólar se ha depreciado frente a la mayoría de monedas pero no con las de socios importantes de los mercados emergentes, como China. Segundo, parte del incremento de los precios del petróleo aparentemente se debe a una restricción de la oferta por parte de los miembros de la OPEP y sus amigos de conveniencia (particularmente Rusia). Una mayor depreciación del dólar que erosione la oferta y mejore la demanda podría cambiar este panorama. Tercero, EE. UU. está camino a extraer más petróleo este año que en cualquier otro momento de su historia. En conjunto, es probable que los efectos del aumento de la energía a nivel de la economía, aunque resulten desagradables, no desestabilicen el crecimiento. Pero somos cautelosos, pues los mercados de las materias primas son volátiles. La economía global parece estar subida a una montaña rusa.