La carpeta asfáltica atraviesa un mundo de campiñas y paisajes rurales.

Una nueva via hacia un mundo antiguo

Su costo: $ 9’173.037 se invirtieron en su construcción. Los carriles para uso vehicular suman 6,70 metros de ancho.

Del otro lado de aquel tramo de asfalto recién colocado, habita un grupo de ancianos que conservan sus ataúdes como muebles de la casa.

Es una vieja costumbre, rezagos de un tiempo en el que Juntas del Pacífico, un recinto de la península de Santa Elena, a 25 kilómetros de la carretera a la vía a la costa, quedaba totalmente aislado durante la época de invierno, a muchas horas de camino a través de un camino lodoso e intransitable.

“No había cómo ir por un médico. Y cuando llegaba el momento de la muerte, no había cómo traer un féretro. Es por eso que los mayores se compraban sus ataúdes cuando ellos decían que ya estaban en edad de morir”, explica Robert Panchana, el presidente de esta comuna habitada por 380 familias y ubicada precisamente a un costado de esta zigzagueante y antigua vía, cuyo asfaltado será inaugurado en dos días.

No era el único pueblo instalado a los costados de una carretera mayormente lastrada. Unos kilómetros antes está Limoncito, y más adelante Julio Moreno, Sube y Baja, Sacachún. Todos instalados en un presente que más parece un escenario congelado en el pasado.

Por eso es fácil encontrar en Juntas a los ancianos conviviendo con sus ataúdes, y a las ancianas cocinando en fogones, similares a los que sus parientes de dos o tres generaciones antes también usaban. Gente que sigue viviendo de la recolección de frutos, tal como lo hicieron los antiguos habitantes de estas tierras.

Todo a causa de un camino que nunca terminaba por construirse. Donde los caminos no se medían por las distancias en kilómetros, sino por el tiempo que tardaban en recorrerlos. Los lapsos se alargaban si era época de invierno. Los caminos se cortaban atravesados por ríos que irrumpían por todos lados, originados en las montañas cercanas.

En su momento, mucho antes de que se abriera la actual carretera a la costa, esa ruta era la que llevaba hacia Salinas y a La Libertad y ya había sido transitada (antes de la llegada de los conquistadores españoles) por indígenas que poblaban este sector aledaño a la cordillera Chongón y Colonche. Era gente que adoraba a sus propias divinidades.

Es por esto que en 1949, luego de ejecutar varias excavaciones y descubrir que eran dueños de “una gran riqueza arqueológica” y de “sorprenderse con las tradiciones de sus habitantes”, Francisco Huerta Rendón lo llamó el ‘Camino de los Viejos Dioses’, según la investigación de Maritza Freire publicada en el 2012 por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC).

Hasta hace poco, este camino que inicia a la altura del kilómetro 30 de la vía a la costa era totalmente lastrado en los 60 kilómetros que cubre.

Hace seis años la Prefectura de Santa Elena asfaltó 18 kilómetros. Sin embargo, siempre quedaba un enorme tramo (11 kilómetros le pertenecen a Guayas) que nunca se lo pavimentó.

“Por ese camino nos queda más cerca la carretera hacia Guayaquil”, dice Cruz Orrala Villón, quien hasta hace dos años presidió la comuna Limoncito. “Durante siete años envié muchos comunicados. A Guayaquil, a Quito. Llevé a la gente del pueblo a pedir que nos asfalten la parte que le corresponde a Guayas”.

Ese es el tramo en el que se comenzó a trabajar hace más de un año. Finalmente ha quedado listo. El camino ha hecho que el tiempo se acorte para Limoncito y Juntas del Pacífico, por lo cercana que esta carretera les queda.

Sin embargo, Julio Moreno, Sacachún y Sube y Baja siguen a la espera de que los tramos que los separan alguna vez sean también asfaltados.

Con ciclorruta

Los 11,20 metros de una gran vía

La moderna vía de 11 kilómetros de longitud, 11,20 metros de ancho y carpeta asfáltica de 5 centímetros, incorpora al desarrollo a una veintena de caseríos y recintos situados desde el kilómetro 30 de la autopista Guayaquil-Salinas hasta el límite provincial con Santa Elena.

Esta carretera será inaugurada por el prefecto Jimmy Jairala el próximo miércoles. Al momento, se trabaja en las obras complementarias que fueron solicitadas por los moradores a la autoridad provincial en octubre pasado. Un muro de contención, ubicado a la entrada de Limoncito, ya está listo. Evitará que las comunidades del sector queden aisladas por el esterillo que se forma en época invernal.

El espejo de agua de la represa Chongón y los matices de una variada vegetación que asoma entre las secas campiñas, sumados a los 1,75 metros de ciclovía sobre el lado derecho, han convertido a esta arteria en uno de los sitios preferidos para los amantes del ciclismo.