ASAMBLEA NACIONAL
Las tres principales dignidades de la Asamblea Nacional que fueron electas la tarde y noche del sábado.HENRY LAPO / EXPRESO

La nueva mayoría legislativa caminará sobre la coyuntura

La Asamblea eligió a sus nuevas autoridades. Casi todas fueron electas con los votos justos. La sociedad entre bancadas puede basarse en temas puntuales

Con las justas. El movimiento Pachakutik junto a su aliado la Izquierda Democrática y ahora con sus nuevos amigos de la Bancada Acuerdo Nacional (BAN), que agrupa a legisladores del movimiento CREO y minorías, lograron zanjar una accidentada elección de autoridades de la Asamblea Nacional. Lo hicieron contando, en casi todas las votaciones para cada una de las dignidades, con los votos ajustados, lo que se convierte en un inquietante abreboca de lo que será el inicio de la gestión de la nueva Legislatura.

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Guadalupe Llori es la nueva presidenta de la Asamblea Nacional con 71 votos, solo uno más del mínimo necesario para ser elegida. A decir del analista político Pablo Ruiz Aguirre, hay que empezar diferenciando en torno a qué se unieron estos grupos. “Lo que sucedió fue un pacto y ese pacto no necesariamente es algo que durará a largo plazo, lo que terminaría siendo un consenso”, comenta el experto.

En otras palabras, a su criterio, esta nueva mayoría está unida en base a coyunturas, más no a un proyecto o agenda política o legislativa. Y eso lo ratificó el mismo legislador Salvador Quishpe, de las filas de Pachakutik, una vez que fueron electas las tres primeras autoridades del Legislativo en votaciones ajustadas la noche del sábado. “Si mañana me dicen que tenemos que apoyar todo lo que dice el presidente, en mi caso, evaluaré... Las cosas buenas, apoyaremos. Los puntos en los que no estemos de acuerdo diremos no. Eso está claro”, puntualizó.

Ante esto, Ruiz no cree que esta mayoría dure a largo plazo. “Hay que esperar las diferentes coyunturas políticas. Es necesario el pacto, sí; el consenso, también pero no creo que se logre”. En la misma línea, el también analista y director del Observatorio Legislativo de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, Marcelo Espinel, cree que, para empezar, es un error pensar que esta mayoría va a durar durante los cuatro años de la gestión legislativa.

Para empezar, comenta Espinel, dos legisladores ya abandonaron sus organizaciones políticas incluso antes de que la nueva Asamblea Nacional se instale en su primera sesión, lo que ya hace ver lo endebles que pueden ser esas mayorías. Estos movimientos podrían hacer que la naciente sociedad en estas tres bancadas pueda aumentar o desgranarse. “Ten la seguridad que con los votos que ya se dieron el sábado hay algunos asambleístas que decidieron abstenerse o votar en contra y eso dará como resultado que la mayoría oficialista aumento o se desintegre”.

Bien es cierto que la elección de autoridades de la Asamblea es diferente a la votación de un proyecto de ley. Este último tiene sus matices y perspectivas que pueden tender puentes a un rápido y sólido consenso entre las bancadas. Lo que pinta muy complicado es que los diferentes bloques puedan llegar a una mayoría calificada, es decir 91 votos que permitirían, por ejemplo, la reforma de la Constitución como es la intención del presidente electo, Guillermo Lasso, quien ha manifestado su intención de eliminar el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social. Por este motivo, cobra fuerza la propuesta de una consulta popular.

Para Espinel, que esta mayoría aumente o se rompa va a depender de la agenda legislativa. Mientras que Ruiz cree que, si bien los acuerdos y consensos deben basarse en temas y propuestas concretas, es necesario un pacto duradero. Ya se vio que funcionó en la elección de autoridades y espera que vuelva a surtir efecto cuando se aborden otros temas dentro del plan de Lasso. “Se realizó un pacto, se logró una mayoría que no sabemos hasta dónde llegará. Es necesario que dure, sí. Porque sino la complementación del plan de trabajo no se logrará”.