Un mundo sin fronteras
N o sorprende que un lector dé a conocer un nacionalismo ciego que podría ser un honor para la nueva derecha extrema en Europa. “Un australiano en nuestra embajada inglesa” - ¡imagínense!
Aparentemente se ha olvidado que en España viven muchos más ecuatorianos que españoles en Ecuador. Lo mismo puede aplicarse a los ecuatorianos en Italia, Francia, EE.UU. y hasta Alemania. En todos estos países vale lo que está garantizado en la Constitución ecuatoriana (Art. 9): “Las personas extranjeras...tendrán los mismos derechos y deberes que las ecuatorianas”. Hoy en día nadie vive en una isla nacional sino que todos somos afectados de todo lo que pasa en el mundo.