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Una mesa politicamente correcta

Dos posturas diferentes. Mientras las fiestas de Quito juntan, cada año, al presidente Rafael Correa y al alcalde de la ciudad, Mauricio Rodas, no pasa lo mismo cuando de las celebraciones de Guayaquil se trata.

Una mesa políticamente correcta

Dos posturas diferentes. Mientras las fiestas de Quito juntan, cada año, al presidente Rafael Correa y al alcalde de la ciudad, Mauricio Rodas, no pasa lo mismo cuando de las celebraciones de Guayaquil se trata.

Desde 2014, en que Rodas asumió la dirección de la capital, el primer mandatario no ha faltado ni a las tradicionales serenatas quiteñas ni a la sesión solemne, acto con el que se cierran las festividades.

Este año no fue la excepción, pese a que, a dos meses de las elecciones, ambos actores políticos están en orillas diferentes. Correa apoyando a Lenín Moreno y SUMA, el movimiento de Rodas, en una alianza con CREO que impulsa la candidatura de Guillermo Lasso.

La noche de ayer, el presidente recibió al burgomaestre. Bailó animadamente con María Fernanda Pacheco, esposa de Rodas. Luego, asistieron al concierto de la Orquesta de Instrumentos Andinos, en la Plaza de la Independencia, en donde también ensayaron pasos de baile.

¿Cuál es el trato con las autoridades porteñas? La relación entre el Ejecutivo y el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, ha sido más bien lejana en esta década, al punto de que el Gobierno organiza actos paralelos en las festividades de Guayaquil.

Las distancias se marcaron, desde el inicio de la gestión de Correa. En 2007, un choque en el horario del mandatario hizo que no asista a la sesión solemne del 25 de julio, programada para las 12:30. A la misma hora el oficialismo inauguró el Ministerio del Litoral.

Nebot dijo en aquella ocasión que “no falta ningún guayaquileño de verdad”. En tanto que, Correa replicó tachando de “arrogante y soberbia” la actitud del alcalde.

Tres meses después, el 9 de octubre de 2007, ambos líderes se sentaron en la misma mesa para el acto solemne de conmemoración de la independencia de Guayaquil. Parecía que eso normalizaría las relaciones Ejecutivo-Municipio, al menos, para este tipo de actividades.

Pero, según reseña EXPRESO, tuvieron que pasar ocho años para que Correa y Nebot estén nuevamente, cara a cara, el 8 de octubre de 2015. Eso fue en la inauguración del edificio de la Contraloría en Guayaquil. Y aunque los dos se saludaron de forma cordial, en la tarde Correa cuestionó el “modelo exitoso” que asegura haber implementado la administración socialcristiana.