Señor Director, gracias por la publicación de mi carta. Al respecto, llamé a la empresa para reclamar porque el malestar persiste un 40 % y me indicaron que ya se habían “limpiado” las cajas...que estaban limpias. Les conminé que no es que estaban rebosando sino que los gases tóxicos se filtraban de las tuberías al interior de nuestra casa a través de las rejillas del lavabo de manos y de la ducha, teniendo que taparlas para no percibir el mal olor. Gracias por el reportaje Las aguas negras ponen en jaque a La Atarazana, que llamará más la atención sobre este grave problema ambiental que atravesamos los ciudadanos de esta zona donde la podredumbre se percibe e invade.

Gladys Isabel García