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El ‘treinteenager’

“Sí, tengo más de 30.
No, no he pensado en casarme. No, no estoy buscando el niño. Sí, ya sé que el tiempo pasa. Sí, soy un barco a la deriva. Sí, soy el demonio y me encanta”. Esta es la leyenda escrita en letras negras en una camiseta blanca que se está volviendo popular en Instagram.

Y sintetiza el concepto de una nueva tribu urbana adulta denominada ‘treinteenagers’ por el escritor y guionista Carlos García Miranda y el ilustrador Juan Díaz-Faes. Estos españoles son los autores del libro ‘Treinteenagers, los 30 son... ¡la hostia!’.

El ‘treinteenager’ es quien está cerca de cumplir 30 o tiene entre 30 y 39 años y vive como si tuviera 20: no tiene casa propia, no se ha casado, no tiene hijos, le huye a las relaciones amorosas complicadas y no es esclavo del trabajo. No tiene un trabajo fijo bien remunerado. Para él trabajar debe ser un pasatiempo, por lo que opta por ser ‘freelance’ (trabajador independiente).

La definición la dieron los autores del libro en las múltiples entrevistas que acaban de dar la vuelta al mundo a través de las páginas webs de diario El País, www.woman.es, www.upsocl.com y otras más.

El psicólogo clínico Daniel Quinde, del Centro de Docencia e Investigación para el Desarrollo Humano y el Buen Vivir (CDID) de la Universidad de Guayaquil, señala a EXPRESO que treintañeros de este tipo existen en la sociedad guayaquileña y ecuatoriana.

Sin embargo, agrega, hay que analizar si en el país esta tendencia se da porque no tienen trabajo fijo ni bien remunerado a consecuencia de la crisis económica (como dicen García Miranda y Díaz-Faes que ocurre en España) y esto es lo que marca su estilo o filosofía de vida.

“Yo creo que esto se debe a un corte generacional. La gente de los 30 sufrió la transición a un mundo más globalizado, de mayor información y acceso a Internet. Hay un relativismo de valores morales, que sin decir que sean buenos o malos, cambió esa mirada comprometida que se tenía con la vida, con esa familia nuclear que siempre fue tradicional”, explica Quinde a este Diario.

En cuanto a que a los ‘treinteenagers’ no les quita el sueño el no haberse casado, la terapeuta especializada en matrimonio y familia Rossana Muñoz, de Teratique (@teratique en Instagram), indica que actualmente hay una tendencia, especialmente, de hombres que deciden contraer matrimonio a mayor edad.

Los motivos: la comodidad de vivir en la casa de sus padres o solos y porque aspiran a tener un mejor trabajo para poder mantener a su pareja e hijos. “Muchas veces ponen la excusa de que se casarán cuando tengan un mejor trabajo para autoconvencerse de que es por eso que no se han casado y no porque sus amigos aún no lo han hecho o se sienten a gusto sin tener más responsabilidades como la de un hogar”, señala Muñoz a EXPRESO.

En todo caso, cada quien es feliz en las circunstancias particulares que considere convenientes, dicen los expertos.