Las lluvias y la ciudadania
La estación lluviosa no debiera ser entendida como un fenómeno y hecho excepcional sino ser comprendida y asumida como un elemento propio de la naturaleza, de la realidad climática y del proceso estacional del país, región y ciudad. Geógrafos y climatólogos, oceanógrafos y ambientalistas lo señalan. Incluso que mareas del río y estero influyen. Sin embargo, tal situación no es asumida. Se llega a creer que las lluvias son perjudiciales para los moradores de la ciudad.
Familias y ciudadanos que viven aquí hace cinco décadas, saben que las lluvias de antes, cuando la ciudad tenía pocos habitantes, generaban inundaciones. Mucho más hoy, que invasiones, ciudadelas, asentamientos irregulares, excesiva concentración demográfica, taponamientos de riachuelos y de brazos del mar, existencia de fango y manglares, etc. son algunos de los elementos que se deben considerar como factores que inciden en las dificultades para una rápida evacuación de las aguas lluvias. También es un factor nuevo que no se debe olvidar la influencia del calentamiento global y del cambio climático, que alteran las regularidades climáticas en cuanto a periodos de sequías, intensas lluvias e inundaciones.
Sin embargo, hay un elemento sociocultural del cual poco se habla: la irresponsabilidad ciudadana y las malas costumbres de los habitantes de Guayaquil y otras ciudades: arrojar basura y acumular desperdicios en las veredas y alcantarillas. En el caso de Guayaquil, los procesos de limpieza que lleva adelante Interagua han demostrado y hecho evidente, con abundantes pruebas, que esas prácticas de los guayaquileños son un factor que opera en contra de la rápida evacuación del agua que generan las precipitaciones pluviométricas. Los resultados de las limpiezas revelan que en los sumideros y alcantarillas, esta mala práctica ciudadana, opera como factor negativo. Los saneamientos muestran no solo paquetes de basura, sino también de pañales, vasos y botellas plásticas, etc.
Es hora de que la ciudadanía, que pide y clama por atención urgente para estos problemas, también coopere. La forma de hacerlo es cumpliendo correctamente con el deber ciudadano de no contribuir a tapar y obstruir, con basura y desperdicios, sumideros y alcantarillas por donde debe darse la normal evacuación de las aguas.