Se inició en la academia Alfaro Moreno y luego pasó a Barcelona SC. Llegó a la Tricolor Sub-20, donde fue su goleador.

Leonardo Campana: “El peso era algo insignificante”

El jugador de Barcelona y de la selección Sub-20 habla de su presente y futuro.

Mejor jugador, goleador y campeón con Ecuador del Sudamericano Sub-20; con esas credenciales Leonardo Campana ya no necesita introducción. Considerado actualmente uno de los jugadores juveniles con mejor proyección, el futbolista de Barcelona de 18 años le abrió las puertas de su hogar a EXPRESO y habló por primera vez luego del torneo que le dio el boleto al Mundial de Polonia, al que viaja el lunes; así como su idolatría por Barcelona, su primer gol en Primera Categoría y hasta de sus cábalas.

¿En qué le cambió la vida el Sudamericano Sub-20?

En muchísimo. El torneo me ayudó a crecer a nivel futbolístico y personal... Definitivamente hay un Leo Campana antes y después. Antes era un poco más inmaduro, no sabía lo que me estaba jugando, ahora veo las cosas de otra manera.

Nieto de Isidro Romero Carbo, expresidente insigne de Barcelona, e Isabel Noboa, una de las mujeres más influyentes del país, así como hijo de Pablo Campana, exdeportista y actual ministro de Comercio Exterior, ¿sintió alguna vez que la gente haya puesto en duda que su llegada a un club tan importante y a la selección nacional no haya sido precisamente por su nivel?

Lo escuché, pero nunca tuve problemas con eso. Jugué en la Academia Alfaro Moreno desde los 10 años y luego la academia pasó a ser las formativas de Barcelona, muchos ya me conocían y sabían cómo era dentro y fuera del campo. No sufrí de bullying, justamente porque demostré mi juego y que no era un “recomendado”.

¿Cómo inicia su historia con el fútbol?

Siempre jugué; desde los 3 o 4 años mostré condiciones y eso me llevó a estar en academias; sin embargo, mi lazo con Barcelona inicia en 2016. En el 2017 fui a la pretemporada, al regreso entrené dos meses con el equipo de primera y luego dejé el fútbol por 5 o 6 meses por asuntos personales. Ya en mi regreso empecé a entrenar en mi categoría (sub-18) para luego hacer la pretemporada con el equipo de reservas 2018.

¿Por qué fútbol y no tenis, teniendo a su padre (Pablo Campana), quien integró el equipo Copa Davis y representó al país en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996?

Jugué tenis hasta los 11 o 12 años y juego bien hasta hoy. Hace como 4 o 5 años que no empuño una raqueta, pero si me da una lo hago muy bien.

¿Qué inclinó la balanza?

Tuvo mucho que ver que mi abuelo (Isidro Romero Carbo) haya sido presidente del club, ya que con mi padre no pude vivir su época deportiva, pero con mi abuelo sí. Íbamos al estadio y a los camerinos... creo que eso influyó.

¿Cómo analiza al equipo actualmente?

Viene bien, el cambio de cuerpo técnico ha sido bueno. Nos transmiten que somos una familia y que debemos estar juntos. Creo que al final del año tendrá su recompensa.

¿Les ha costado la transición Almada-Ramos?

Su forma de trabajar es muy parecida, pero no igual. Almada nos decía que recuperemos la pelota y vayamos para adelante, sin embargo, la idea de Ramos es que la recuperemos y la tengamos un poquito y arranquemos. Si lo analizas esto se parece un poco, pero sí tiene sus diferencias.

¿Qué pensó cuando llegó siendo la figura del Sudamericano y Almada decidió dejarlo en la banca?

Fue una decisión acertada porque venía desgastado físicamente, sin embargo, la excusa del peso creo que era algo insignificante. Y lo tomé así, por eso siempre estuve tranquilo. Pero sí, con el profe Almada no tuve la cantidad de minutos que me hubiera gustado tener.

¿Cómo vivió su primer gol con Barcelona?

En cada partido lo planifiqué, incluso cuando me tocaba ir a la banca. Sin embargo contra Delfín, desde que inició, tuve sensaciones especiales y todo daba para que ese sea el momento: íbamos ganando y el equipo estaba más abierto, de ahí que le pude pegar y esa bola entró. El sentimiento fue real, se me salieron las lágrimas. Por mi cabeza pasaron recuerdos desde que era un niño y jugaba fútbol con mi abuelo... ahora lo vivo como jugador del equipo.

¿Qué mensaje cree que le deja eso al hincha?

De que mi aprecio por este club y su hinchada es auténtico. Hay imágenes en el 2016 y 2017 cuando fui pasabolas del club; ahí veía del otro lado de las vallas al Kitu Díaz, al Capi Oyola, Marques y muchos que admiro y con los que ahora tengo la dicha de compartir. Eso es emocionante y motivador.

¿Si tuviera que escoger un delantero de Barcelona, quién sería?

Me quedo con Jonathan Álvez. Lo pude disfrutar muchísimo, compartí con él en cancha, en entrenamientos y su nivel es muy bueno.

¿Estará en el Clásico del Astillero del 12 de mayo?

No llego. Este domingo será mi último partido con el equipo porque el lunes viajo con la selección a Polonia.

¿Siente que lo conseguido en Chile es un peso adicional para lo que se viene en el Mundial?

Lo de Chile no me lo esperaba. Sí, nos habíamos preparado bien mentalmente y sabíamos lo que queríamos, pero íbamos a rivalizar con selecciones importantes, gracias a Dios y a mis compañeros se me dio la oportunidad de ser el goleador y quedar campeón. Hoy la responsabilidad es mayor.

¿Cuáles son las metas del Mundial?

Las mismas que el Sudamericano: no solo ir a participar, sino competir, llegar a una final y, por qué no, traernos la copa. Nada es imposible.

¿Cree que tendrá que pelear la titularidad con Stiven Plaza?

Yo voy a dar lo mío y creo que Stiven de igual forma porque es un gran jugador, eso en conjunto puede ser un dolor de cabeza para los rivales... la delantera que tenemos es muy buena; sin embargo, la formación ya depende del profe Célico. Sea a quien sea que le toque jugar lo hará bien.

Éxito en el Sudamericano, ahora camino al Mundial, la pregunta inmediata es: ¿cuánto tiempo más en Barcelona?

Si fuera por mí estaría toda la vida, soy hincha desde muy pequeño; sin embargo, creo que el sueño de todo jugador es salir al exterior y si se da la oportunidad obviamente no la desaprovecharé.

¿Alguna liga de preferencia?

Tengo cuatro: la española, inglesa, italiana y alemana.

¿Si pudiera escoger un club?

No tengo preferencias, te puedo decir Barcelona, Real Madrid, pero todos los equipos de Europa son buenos.

¿Cómo es Leonardo Campana puertas adentro?

Soy un chico normal. Me levanto cerca de las 05:30 y voy a entrenar, suelo ser el primero en llegar y el último en irme. Me gusta trabajar extra en gimnasio, después ya entreno con mis compañeros e interactúo mucho con ellos. Ya al fin de la práctica descanso mucho y por la noche más aún.

¿Alguna comida favorita?

Claro, toda lo que tenga que ver con comida típica; soy fanático del verde y como desde encebollado, ceviche, arroz con menestra y carne, etc.

¿Cábalas?

Calzoncillo negro y zapatos blancos el día del partido, eso no puede faltar (sonríe).

A su edad (18), ¿cómo maneja una fama que en menos de un año explotó?

Mis padres me ayudan mucho en eso. Mi papá fue tenista y conoce mucho este aspecto. Me habla de la humildad y de tener los pies sobre la tierra, incluso me prevé de cosas que van a pasar, de que no debo exponerme tanto y de mantener un perfil porque son muchas las personas que me ven como un ejemplo.

¿Un deseo?

Llegar lejos, meter más goles y que Barcelona sea campeón. Es el equipo del que nací, soy hincha y me encantaría seguir acá, pero sé que habrá la oportunidad de poder mostrarme aún más.