“El poco valor por la vida”

“Nos arrimamos a la muerte para saborear mejor la vida”, ha dicho un corredor del encierro de Pamplona, a quien ese riesgo asumido “le hace resucitar”. ¡Qué vida más pobre debe llevar quien corre delante de una bestia para ver si le mata o no! ¡Qué poco aprecio a la existencia, qué falta de ideales que realizar, de placeres sanos y duraderos, de amor a su familia y amigos! ¡Qué ejemplo tan desastroso para los demás, qué vergüenza para una cultura y un país que no sabe despertarle sino de esa manera a esos desesperados que juegan así con su vida! Y lo más triste es la propaganda que se hace de esos desequilibrados, como si fueran héroes nacionales.

Javier Sanz Ridruejo

Madrid, España