“La farsa que permitio vender la utopia de la revolucion”

El proceso de eclosión del “huevo de la serpiente” que fecundaba el delirio de poderde Rafael Correa se fue acelerado en los pocos meses de su paso por el Ministerio de Economía. Antes, no cabe duda, había venido capitalizando todas las estrategias demagógicas de los fracasados últimos gobernantes del país, a las que sumó sus propios métodos basados en la farsa, que le permitieron vender la utopía de su revolución ciudadana, que le hicieron posible acceder a la Presidencia.

En su desaforada vehemencia por lograr su objetivo, Correa no dudó en establecer compromisos con grupos de poder, dentro y fuera del país, sin que le importasen su moral y condición humana, y menos aún el origen de los recursos económicos que obtenía para su campaña electoral. Fue el suceso de Angostura que nos alertó sobre la gravísima situación que le tocaría enfrentar al Ecuador, por el compromiso de apoyo financiero, conforme la información de los medios, que había obtenido del grupo guerrillero -calificativo que Correa se empeñó en soslayar- que actualmente, ya disminuido en número, azota nuestra frontera norte.

Al parecer, el primer punto de este nefasto compromiso fue la desaparición de la Base de Manta, desde donde se vigilaba y combatía la expansión del tráfico de drogas en la región. Así, los antes extraños delitos como el narcotráfico, el secuestro, la trata, el sicariato, la extorsión, la muerte, etc., se van posicionando en las entrañas de nuestra sociedad.

Leonardo Cueva Piedra