En la observancia de cada pacto que hacen nuestros políticos profesionales podemos entender que, tienen mayor primacía por cuidar sus intereses personales o partidistas.

Parece tener mayor importancia para quienes ostentan el poder, la continuación del holocausto: el hambre de los niños, la falta de una buena educación, la falta de empleo, la escasez de circulante y muchos otros factores que no hace falta señalar, pues bien sabemos que mientras esto ocurre, los políticos se amarran y desamarran de acuerdo a sus ansias de poder , lo que es lamentable porque la historia los recogerá como auténticos aventureros de la mentira.

Los partidos de izquierda, centro, derecha y ultras han preferido bailar de acuerdo al ritmo que exige la comparsa y el derecho de pernada, pues ya no hay banderas ni principios, solo cuentas bancarias que exigen ser llenadas y sin importar que el pueblo se muera en olvido.

Mientras todo esto sucede, la corrupción que en nuestro país se ha coronado como gran señora se pavonea por todas las instituciones del estado. Con estos antecedentes, diríamos entonces que las razones sobran para que nosotros, el pueblo, tengamos la obligatoriedad de ponernos de pie y frenar el estado de descomposición que nos acecha.

Juan Francisco Iddrovo M.