
El Kelt es un planeta tan caliente como el Sol
El nuevo exoplaneta (se denomina así a los que están fuera del Sistema Solar) alcanza durante el día los 4.315 grados centígrados, es decir tan solo 1.093 menos que la temperatura a la que llega el Sol, según datos que ofrece un equipo liderado por as
Desde hace años, astrónomos de todo el mundo compiten por encontrar el planeta más parecido a la Tierra fuera del Sistema Solar. Usan telescopios terrestres y espaciales para rastrear el universo en busca de mundos rocosos, con una atmósfera protectora, agua líquida y, posiblemente, vida.
Hoy, un equipo de astrónomos presenta un descubrimiento en las antípodas de todo esto, pero no por ello menos apasionante. El hallazgo se ha hecho con el telescopio extremadamente pequeño Kelt, cuyo objetivo es detectar exoplanetas en torno a estrellas mucho más grandes, brillantes y violentas que el Sol. Estos astros parecen albergar muchos menos planetas que las estrellas más pequeñas, y una posible explicación es que estos mundos acaban siendo devorados por su estrella o desintegrados por la intensa radiación.
Los responsables del telescopio describen en Nature el Kelt-9b, un planeta gaseoso unas dos veces más grande que Júpiter y que está 30 veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol, lo que lo convierte en el gigante gaseoso más cálido descubierto hasta el momento.
El nuevo mundo está a 650 años luz. Un año terrestre dura allí un día y medio, lo que tarda en dar una vuelta a la estrella. Kelt 9-b ofrece siempre la misma cara a su astro. La temperatura en la faz iluminada supera los 4.300 grados, casi 10 veces más que Venus, el planeta más cálido del Sistema Solar. El calor y la radiación hacen que los átomos de la atmósfera vibren tanto que les es imposible unirse para formar agua o cualquier otra molécula con la que comenzar a construir una química mínimamente habitable.
El planeta presenta los mismos misterios que otros gigantes gaseosos, más parecidos a estrellas que a planetas. El Kelt-9b lleva esto al extremo, pues su temperatura es mayor que la de la mayoría de estrellas. “Aparte de hidrógeno y helio, los elementos que hemos podido detectar son metales neutros, como potasio y sodio”, explica Scott Gaudi, astrónomo de la Universidad del Estado de Ohio (EE. UU.) y primer autor del estudio. Es un misterio si este júpiter caliente tiene un núcleo sólido, aunque “según la mayoría de teorías de formación de planetas sí debería tenerlo y estar hecho de roca y hielo a una temperatura de unos 50.000 kelvin [49.700 grados]”, señala Gaudi.
“Este planeta es lo más lejano en cuanto a la vida, el más extremo, el más inhóspito e infernal, pero gracias al estudio de su atmósfera vamos a aprender nueva astrofísica”, resalta Ignasi Ribas, investigador del Instituto de Ciencias del Espacio, en Barcelona. El hallazgo también refuerza la idea de que “hay planetas en todos sitios, incluidos en las estrellas más cálidas”, añade el astrónomo.