Estrategia. Un grupo de aficionados azules defiende el mural del puente ubicado afuera del estadio.

La inseguridad afecta a vecinos del Capwell

Ataques de hinchas rivales, peleas y el consumo no penalizado de drogas, perjudican a una zona regenerada por el Municipio.

La remodelación del estadio Capwell trajo consigo la esperanza de un mejor estilo de vida para los habitantes del sector, teniendo su punto culminante en el plan de regeneración impulsado por el Municipio de Guayaquil, cuya finalidad es convertir al reducto azul en un punto de atracción turística de la ciudad.

Un moderno paseo comercial ubicó a la Caldera a la altura de los principales escenarios del mundo, sin embargo, en el sector hay un “símbolo” que, además de llenar de orgullo a algunos emelecistas, mantiene en zozobra a quienes habitan o trabajan a su alrededor, el mural pintado por integrantes de la Boca del Pozo en el puente de la avenida Quito.

“Desde que hicieron ese mural todo se descontroló. Varias veces los hinchas barcelonistas han venido a tratar de dañarlo, incluso haciendo explotar bombas (molotov). Además, los emelecistas guardan allí cosas muy peligrosas. Hace un par de semanas un obrero que estaba haciendo limpieza del puente perdió los dedos de una mano, porque le explotó la pólvora que escondían en una de las uniones”, denunció un guardia informal que trabaja en el barrio.

Un faro robado al pie del puente y manchas dejadas por el fuego avalan la información.

“Ya no se puede vivir tranquilo aquí. Esta ha sido mi casa por más de 35 años, pero estoy viendo cómo la vendo, porque a cada rato hay problemas. Fuman (marihuana), arman relajo y cuando hay partidos, lo mejor es encerrarse para evitar problemas”, dice una vecina del fortín azul, quien prefiere mantenerse en el anonimato por temor a represalias.

“Yo trabajo en un taller (Argentina y avenida Quito) y cada vez que hay un partido el dueño debe cerrar el local, porque toda esta calle se llena con gente que viene a fumar. Cada vez que el negocio cierra, dejamos de ganar y eso nos perjudica. Como ahora no se considera como delito el consumo de droga, esto se salió de control”, denuncia un mecánico.

El mural en mención no es el único causante de los males.

Federico Rabascall, integrante de la barra Boca del Pozo, asegura que los incidentes observados el fin de semana en la bandeja alta de la general de la avenida Quito fueron causados por algunos miembros de la fuerza pública.

“Eso fue por el uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía Nacional sobre los hinchas. Las agresiones se dieron de manera injusta y sin el cometimiento de ninguna infracción por parte del público, tal y como lo demuestran los videos. Hubo un pésimo procedimiento”, afirmó Rabascall.

Otras personas vinculadas con la barra aseguran que las pugnas internas ya son parte del pasado y que lo observado en la jornada dominical -durante la derrota ante Delfín- fue un caso esporádico, que se salió de control por el excesivo uso de la fuerza por parte de los uniformados.

“A todos les consta que hace mucho tiempo no hay peleas. Vean los videos y constaten por ustedes mismos que los policías atacan sin tomar en cuenta que allí (en la general) habían mujeres. Aquí el asunto es claro, el equipo no anda bien y hay muchos que quieren desestabilizar a la dirigencia, especialmente unos que no fueron capaces de medir fuerzas en el momento de las elecciones”, acotó otro aficionado.

Sea cual sea la causa, durante un recorrido que efectuamos ayer, por lo menos el 20 % de los locales comerciales ubicados alrededor del estadio estaban cerrados.

El dueño de un taller mecánico aclaró que esto (el cierre) solo sucede los días que hay partidos, aunque admitió que algunos negocios han dejado de funcionar por otros factores. “Esto no es algo exclusivo del sector. La situación en general del país está mal. No me parece justo que se trate de estigmatizar al Capwell, porque lo mismo ha ocurrido afuera del Monumental y en otros escenarios del país. La inseguridad es un estado general”.

La fuente recordó que el año anterior alrededor de 200 elementos que se identificaron con la Sur Oscura llegaron al lugar para tratar de dañar al estadio, pero fueron repelidos por la fuerza pública. Poco después, un emelecista al que conocían con el mote de Huevito, fue asesinado, supuestamente, por la misma agrupación.

Algunos consultados dijeron que cuando se llama a la Policía, los patrulleros acuden, desalojan a los indeseables, pero al no poder aplicar un castigo enmarcado en las leyes, a los pocos minutos regresan y continúan causando malestar en la comunidad.

EXPRESO intentó contactar a los principales del club, pero estos no respondieron nuestros mensajes y llamadas.

LigaPro y la Policía Nacional darán hoy sus versiones

Diario EXPRESO se contactó con David Baquerizo, director de Escenarios Deportivos de Seguridad de la LigaPro, quien dijo que pediría autorización de dicha entidad para emitir algún comentario respecto al caso.

Posteriormente, Luigi Macchiavello, jefe de prensa y comunicación de la LigaPro, explicó que “no se podría comunicar nada hasta que sea pública el acta de sanciones (hoy)” y que posterior a eso nos pondría en contacto con el director ejecutivo de la entidad, Luis Manfredi.

La Policía Nacional también ofreció dar hoy su versión respecto al tema.