No hubo golpe de Estado

El precio que pagan los insustituibles, los que se dicen ser predestinados para gobernar a sus pueblos “por los siglos de los siglos” es tan alto, que con toda seguridad cuando lo tienen que pagar se despiertan del sueño de perros en que estaban sumidos por su prepotencia y por su fatuidad. Lo que acaba de sucederle a Evo Morales, es una demostración de esta gran realidad, un indígena que con derecho y con apego a las leyes vigentes entonces llegó a la primera presidencia de la República de Bolivia. Le gustó “la pega” y para “salvar a su pueblo” lo convocó un referéndum encaminado a que se votara “sí” por una nueva reelección, cuando la Constitución de ese país lo prohibía. El pueblo mayoritariamente votó “no”, con lo que quedaba fuera de una contienda electoral en busca de su reelección. Pero como “insustituible” que es, no aceptó la voluntad popular y obtuvo que la Corte Constitucional, hecha a su medida, reformara la Carta Magna para permitir la reelección con el argumento deleznable de que cuando fue electo por primera vez lo hizo en calidad de miembro de un Estado distinto al actual, que es plurinacional. Y con este argumento jurídico se lanzó a la campaña. Primer acto fraudulento: haber reformado la Constitución de acuerdo con sus ansias locas de salvar a su pueblo... Se realizan las elecciones, y se comete un fraude que nadie pudo tapar por lo escandaloso y descarado del mismo. Segundo acto de corrupción innegable. Frente a esta situación, los bolivianos reaccionan, le piden su renuncia del cargo. Se resiste a renunciar. Hay desmanes en las calles de varias ciudades. Pero finalmente Morales renuncia y se va a México en calidad de exiliado.

Triste final de un hombre que no necesitó hacer lo que hizo para pasar a la historia. En Bolivia no hubo golpe de Estado, como afirma Morales.

No hubo porque no hay golpe de Estado contra un dictador, y él se reeligió tramposamente y con fraude y al hacerlo violó la Constitución, por lo que fue un dictador. Lo que hubo en Bolivia fue un movimiento popular que logró que un dictador no se entronizara en el poder.