Entre el hipo y los calambres, esas molestias de las que pocos se salvan

Entre el hipo y los calambres, esas molestias de las que pocos se salvan

Quién no ha sido sorprendido por el hipo alguna vez o por un insoportable calambre en medio de la noche. Incluso, por la incomodidad de querer pararse y sentir que una de sus piernas se adormeció.

Quién no ha sido sorprendido por el hipo alguna vez o por un insoportable calambre en medio de la noche. Incluso, por la incomodidad de querer pararse y sentir que una de sus piernas se adormeció. Son esas manifestaciones físicas que nos dan a todos, o a casi todos.

Suelen ser molestias pasajeras, que en la mayoría de los casos no requieren de medicación, pero hay que saber en qué momento se trata de una señal de algo complicado. Solo un ejemplo: es cada vez más común que se presenten esas hemorragias oculares. Es posible que sea solo del efecto de una tos o de un estornudo fuerte, pero esa sangre también le podría alertar de un problema de presión arterial alta.

Existen situaciones que nos provocan alarma apenas se presentan, como una punzada en la zona del corazón, pero están otras, como los calambres o ese adormecimiento de las piernas, a los que no prestamos atención así sean repetitivos. EXPRESO consultó con un grupo de especialistas sobre esas manifestaciones comunes y ellos explican en qué momento pasa de ser algo normal que todos sufrimos a convertirse en una condición de cuidado.

Una nutricionista da además recomendaciones de dónde encontrar esos nutrientes que por su carencia nos provocan ciertas molestias.

Temblores en los párpados o esa sensación de zumbidos completan parte de estos cuadros que alguna vez padecemos. La mayor parte de las veces solo hay que sentarse a esperar a que esos problemas desaparezcan solos y que no regresen a incomodarnos. Pero recuerde, el cuerpo siempre avisa de que algo no anda bien y hay que aprender a hacerle caso si nos alerta de una manera persistente.

Sangrado en el ojo

Sucede por un esfuerzo o por la presión arterial alta

Esos sangrados que se producen en la superficie ocular (hemorragias subconjuntivales) suelen desatarse por esfuerzos muy fuertes, incluso por tos, estornudos o por frotarse los ojos de una manera intensa, pero también por traumatismos o por efecto de la elevación de la presión arterial. Emilda Dib, oftalmóloga de la Clínica Internacional de la Visión de Ecuador (CIVE), explica que la conjuntiva del ojo es una membrana muy fina, cuyos vasos sanguíneos son los más pequeños del cuerpo y por eso ante cualquier esfuerzo o cambio de presión, se rompen con facilidad.

Dice que el paciente debe saber que esa sangre tardará de dos a tres semanas en reabsorberse, dependiendo del tamaño de la hemorragia. Y que si esa manifestación se repite sin motivo, es importante que acuda al cardiólogo. Puede ser que tenga hipertensión y no lo sepa.

Calambre

Le falta potasio o tiene un conflicto emocional

Un calambre es una contracción involuntaria, brusca y dolorosa de uno o varios músculos. Se manifiesta principalmente en los miembros inferiores (pies y piernas), pero también surgen en el estómago, en el intestino y, a veces, en las manos, explica Tatiana Orellana, coaching en Bienestar y Nutrición y grand máster Reiki.

A nivel físico, generalmente estas molestias se producen cuando hace falta potasio, y se recomienda comer alimentos que sean ricos en potasio como el banano o la naranja. Aunque en su experiencia, estos problemas tienen, en la mayoría de los casos, un origen emocional. Eso significa que algo nos preocupa y nos hace sentir tensos, asegura.

“Cuando sufra un calambre, observe en qué parte del cuerpo se presenta y para qué sirve esa parte”, indica. Por ejemplo, si es en una pierna puede indicar que tiene miedo de avanzar en un proyecto o de ir a tu trabajo, explica. Un calambre también se da en quien quiere aferrarse a alguna cosa o a alguien.

Temblor del párpado

Unos son transitorios y otros constantes

Esa especie de palpitaciones en uno de los párpados aparece, en la mayoría de los casos, por efecto de un cambio brusco de temperatura o por el estrés. También se presenta estos temblores cuando los nervios se inflaman, explica Eddie Icaza, oftalmólogo especializado en República Dominicana y director de Funcrisa.

Pero hay que diferenciar entre los blefaroespasmos (anomalía de la función de los párpados) que son transitorios de los constantes. Los primeros dan de manera esporádica y pueden durar hasta una semana y media. Los segundos persisten, es decir ocurren gran parte del día. Hasta cuando duerme tiene esa molestia que hace que el músculo se fatigue y tienda a colgarse. En estos casos hay que aplicar bótox (toxina botulínica) para que relaje el nervio y deje de saltar. Suele presentarse en quienes tienen entre 30 y 60 años y en la tercera edad.

Hipo

Por problemas al comer o en los pulmones

Ese molesto hipo suele presentarse por comer muy rápido. Sucede porque quien tiene esta costumbre, aspira una cantidad excesiva de aire. El gastroenterólogo Jorge Flores, especializado en el Hospital Italiano de Buenos Aires, explica que en casos como este se produce la irritación del nervio frénico, que es el que controla la contracción y la relajación del diafragma.

Se conoce además que el cambio de temperatura en los alimentos puede generar esta situación.

También es algo que está asociado con el consumo de tabaco.

Los tratamientos son más del tipo casero, por ejemplo, beber tres sorbos de agua sin parar o respirar dentro de una funda de papel. O se espera que esta molestia desaparezca sola.

No es algo de lo que haya que preocuparse, excepto si el hipo se vuelve repetitivo, pues puede tener relación con problemas pulmonares, bronquiales, adenopatías o con los ganglios inflamados.

Punzadas

Puede ser estrés, gases o un problema cardiaco

Un diagnóstico es como un rompecabezas que hay que armar pieza por pieza, dice Mario Pinto, cardiólogo con más de 15 años de experiencia y quien es además médico internista.

Este profesional indica que si siente punzadas y es una persona mayor de 40 años, con hipertensión, diabetes o trastornos de colesterol y triglicéridos, cualquier síntoma que pueda asociarse con un problema cardiaco es de relevancia y hay que consultar de inmediato con el médico.

Pero cuando le ocurre a un joven sin antecedentes familiares de enfermedades, puede ser algo que se controle fácilmente. “Si estamos hablando de un dolor que viene después de una comida, se sospecha de gases. Se toma un antiácido y el dolor desaparece”, indica.

Si a quien le ocurre esto después de comer es a alguien que padece de males cardiacos, no hay problema con darle un antiácido, pero sin descuidar la consulta inmediata con el médico, por si la punzada no es precisamente por efecto de lo que comió.

Hace una acotación importante: el dolor cardiaco está normalmente relacionado con el estrés, ya sea físico, emocional o laboral. “Cuando tenemos estrés, nuestra frecuencia cardiaca aumenta”. Como las causas pueden ser varias, será el médico quien despeje las dudas sobre el origen de este dolor.

Adormecimiento

Lo causa la postura, las várices o la mala circulación

Sentarse en una mala postura puede causarle esa sensación de adormecimiento en una de las piernas, explica el doctor Gastón Calderón, el primer flebólogo que tuvo Guayaquil (especialista en el estudio de las venas). Es un síntoma que además aparece en quienes tienen mala circulación, especialmente si la persona pasa mucho tiempo sentada.

Esa molestia se asocia también con la aparición de várices, por lo que si se trata de un problema repetitivo y nota esas venitas hinchadas, es preciso acudir al especialista.

Para evitar que esta sensación lo vuelva a agobiar, es importante pararse cada hora y hacer una breve caminata para que la sangre circule, explica el profesional.

Dice que hay que cuidar además el tipo de alimentación y el peso. En el caso de las mujeres que trabajan en oficina, deben evitar el uso de ropa muy ajustada como las medias que no son terapéuticas.

Zumbidos

El estrés también desata esa sensación

Cuando ese zumbido ocurre en personas de la tercera edad, se trata de una señal normal de envejecimiento del oído interno. Pero cuando quien lo siente es un joven, lo más probable es que sea por efecto del ruido. “Los chicos andan con audífonos a alto volumen y eso produce daño coclear, con la consecuente pérdida de la audición y sensación de ruido”, indica Jorge Valdano, otorrinolaringólogo especializado en España y director de la clínica Medysis.

Pero esa sensación puede presentarse también por una presión arterial alta, por estrés o por una gripe. “Si el zumbido es permanente, debe preocuparse e ir al médico general para que lo chequee como un todo. Si viene acompañado de falta de audición, vaya al especialista”, dice.