Habla y gramaticas de lo guayaco

Las sociedades se crean, recrean, tejen y destejen en procesos (dinámicos y silenciosos) y ciclos que hacen y deshacen las relaciones económicas, sociopolíticas, ideológicas y étnico-culturales. Esto marca y evidencia sus perfiles identitarios. Por ejemplo, lo guayaco mercantil de ayer y de hoy. Pero en la vida histórica surgen diversas acciones, reacciones y prácticas comunicacionales que moldean su modo de ser y hacer guayaco. Así, en la práctica crean diversas hablas, lenguajes y gramáticas expresados en variados signos, sonidos, palabras, lenguajes modernos, argots y giros sociolingüísticos.

Cada sector social, barrio, grupo étnico y territorial-cultural crea y transmite su habla y gramática: generales y específicos, tradicionales y modernos, por vía convencional. Los viejos conservan hablas del Guayaquil pasado. Otros se abren a lo moderno y cambios. Las tribus juveniles y milenials tienen también expresiones que los identifican como guayacos.

Lo semejante y diferente está en todo. Por ej., mercaderes y ladinos indígenas no fueron los contrabandistas coloniales ni de la Bahía de hoy. La gramática de los aniñados cambió: hoy la hacen niños ‘light’. Las coquetas devinieron en grillas. Los empresarios desechan esa forma berraca de ser-hacer guayaco de Orrantia. También el habla barrial y las formas coloquiales cambian. Los chulos de ayer hoy se llaman “Representantes de talentos femeninos”. Incluso los homosexuales cambiaron su gramática.

Hay cosas que poco cambian. Se enriquecen y hacen más “tradicionalmente modernas”. Solo hay que detenerse, observar y darse cuenta. Pero el apego al fetiche dogmático del celular, Instagram, Facebook, WhatsApp, etc., los desconecta del mundo real y viven extraviados en el placer efímero de la “realidad” del mundo virtual.

Ojalá en Guayaquil, escuela, maestros y padres de familia comprendan que el habla y gramática guayaca se hace desde lo físico-vivencial cotidiano y no con el discreto encanto evasivo-evanescente de la “realidad” virtual.

Los invito a seguir la sugerencia de Jenny Estrada, que afirma que no debemos abandonar los juegos de socialización colectiva para que niños y adultos asumamos el habla y la gramática del guayaco tradicionalmente moderno.