El grillete de la impunidad

Durante décadas los hombres del poder han repetido hasta el hartazgo que nuestro gran problema es la corrupción. Los liberales lo acuñaron contra los conservadores y contra ellos los demócratas, y a estos los socialcristianos, que a su vez fueron señalados por los socialistas. Y cuando ellos llegaron al poder la corrupción siguió igual. Solo que entonces se volvió limpia, lúcida y ardiente.

Como un comodín que arregla todo, el discurso anticorrupción gana cíclicamente adeptos y, a la par que sirve para atacar al rival de turno, oculta el mal mayor, que sigue intacto: la impunidad. Ese es el verdadero problema y para atajarlo no alcanza con un discurso amansabobos: se precisa una política ética, y por tanto transgresora, que emerja de la sociedad y obligue al Estado a poner el foco donde se debe: la autonomía y eficacia de sus Funciones.

“Corrupción e impunidad son como la historia del huevo y la gallina. La corrupción deriva en impunidad, pero esta alimenta la corrupción y la potencia: la convierte en sistémica”, me dijo hace unos días Hugo Alconada Mon, uno de los más brillantes periodistas de investigación de la región, autor de trabajos como el que reveló el entramado de coimas del gigante Siemens a tres gobiernos argentinos.

El problema es la impunidad y por eso seguiremos viendo Alvarados en fuga (como antes los Delgado, Pólit, González, Pareja, Solís...). Tenemos un sistema y unos funcionarios que la reciclan. ¿No la beneficia Lenín, El Ausente, cuando denuncia los asaltos en Yachay o la Refinería del Pacífico y no impulsa una auditoría radical contra todos sus autores, que además sea públicamente conocida? ¿No lo hace su secretario Michelena cuando dice que pagarán a los trabajadores de los medios públicos una vez que “Correa devuelva la plata”? Moreno y Michelena son indolentes y cínicos: usan el discurso anticorrupción, pero abonan a la realidad impune.

Habrá nuevos ‘fugados’. Y serán peores: ni siquiera dejarán botado algún grillete. Los grandes capos del asalto saben que no necesitarán fugarse: le robaron a un país en el que el verdadero Presidente ha sido y es la impunidad.

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