Angelo Caputi
Angelo Caputi, presidente ejecutivo del Banco Guayaquil.Guilllermo Lizarzaburo

“La bancarización sería mayor con un cupo en alguna tarjeta”

El presidente ejecutivo del Banco de Guayaquil, Angelo Caputi, habla para diario EXPRESO sobre varios temas

La calentura no está en las sábanas. Aunque de bancarización, inclusión financiera, o como se la quiera llamar, se habla mucho por estos días, hay que poner el dedo en la llaga. La solución no es tener una cuenta de ahorros o corriente, ni tener en el pénsum una materia para enseñar a los niños o jóvenes. Las solución es tener productos financieros que sean útiles y que resuelvan problemas o una tasa de interés (activa) acorde al riesgo de cada una de las personas. Diario EXPRESO aborda, en especial este tema y el asunto del microcrédito, con Ángelo Caputi, presidente ejecutivo del Banco de Guayaquil.

- Usted señala que se puede, para empezar, dar un cupo de 50, 100 dólares, o de un salario mínimo vital, a través de una tarjeta de débito o de crédito, pero la tasa de mora de esas personas es del 12 % o 13 %.

- No quiero marcar a las tasas como el único detonante del tema. En Perú tienes un 60 % bancarizado y en Ecuador un 35 %, porque el 50 % del que se habla es el que tiene cuenta, y yo puedo tener tres cuentas pero no soy tres personas. El indicador es que si en una tienda pones una tarjeta para consumir o no. Las tarjetas tienen más de 7.000 millones de dólares de consumo; si le pudiéramos dar 1.000 millones de dólares a un millón o millón y medio de ecuatorianos en una primera etapa, ¿te imaginas la efervescencia en esa tienda, en esa ferretería, en esa farmacia?

- ¿Las cajas de ahorro, por ejemplo, han hecho un trabajo grande en Perú?

- ¿Pero a qué tasa? Nosotros damos un determinado cupo en tarjeta de crédito y son más o menos a los mismos ecuatorianos y esos mismos ecuatorianos compramos en los grandes supermercados, en las grandes farmacias, en las tiendas departamentales. Cuánto sería diferente si a uno o dos millones de ecuatorianos les damos un cupo de 50 o 100 dólares, o un salario mínimo vital para que consuman en otros lados. El tique con tarjeta de débito es 11 dólares, con tarjeta de crédito de 23 y en efectivo son solo 7 dólares.

- Durante el congreso de inclusión financiera de diciembre pasado, uno de los conferenciantes decía que había que tomar los riesgos necesarios, como el águila que se arranca las alas y el pico para sobrevivir.

- Si me regalas una computadora que no la voy a usar y me explicas cómo usarla, te acepto la conversación posiblemente y después de dos semanas no me voy a acordar de esa conversación. Si queremos hablar de educación financiera la gente debe tener productos financieros.

- El Banco del Barrio es un ejemplo. El Guayaquil tiene ya 7.150 y posiblemente durante esta conversación se hayan sumado dos más.

- La sociedad ecuatoriana frente a esa situación debe entender que hay personas de distintos riesgos y que sería mejor tener una tasa que corresponda a ese riesgo que no darle crédito; o peor aún, que esté en el chulco. Las personas por sus características de pago y por el nivel tienen riesgos distintos. Las tasas deberían tener un factor de riesgo diferente, eso es vital. Alguien puede decir que son altas o muy altas, ¿comparadas con quién? ¿Con la señora Carmen que presta al 20 % mensual a un chulquero?

- Vamos a los Bancos del Barrio.

- Este año estaremos cerrando en $ 1.400 millones movidos a través de los Bancos del Barrio, el 1,4 % o 1,5 % del PIB. Si unimos todos los bancos del barrio, serían la tercera empresa más grande del Ecuador por su capacidad de movimiento. No es cuestión de hablar de inclusión; nosotros no hablamos, vamos camino a 12 años de hacerlo. Son 500.000 personas con libretas de ahorro a través de los Bancos del Barrio. Son 7.150 a quienes les hemos hecho crecer las ventas entre un 40 y 60 % después de que han estado con nosotros. Cuando ven un Banco del Barrio, automáticamente los proveedores le dan crédito. Les ha permitido crecer, educar a sus hijos.

- Las aplicaciones al alcance de la mano son herramientas claves para el crecimiento de los bancos.

- Lo que ya comienza a tener tracción es nuestro mundo digital. Hemos decidido centrarnos en el cliente para mejorar su experiencia; hemos aumentado en 146 % y ya son casi 500 mil los usuarios de la app. Cuando logras eso es porque el cliente lo que dice es: “me sirve, lo uso y me resuelve y está bien hecho con tecnología al alcance de la mano”. Nuestro desarrollo tecnológico está primero en ser móvil y luego en ventanilla. Nos centramos en la usabilidad.

- ¿Qué factores han incidido en que el año pasado fuese el Banco Guayaquil el que más creció en su cartera de crédito? Fueron más de 500 millones adicionales.

- Habrá un ajuste en diciembre, que fue bueno en términos generales para la banca. Los beneficiados han sido los clientes. El crédito ha crecido al doble de lo que aumentaron los depósitos. Eso no es normal. Este fenómeno se da porque en términos generales la banca, y el Guayaquil en particular, ha sabido tener una buena imagen en el exterior y logramos captar recursos internacionales, partiendo de algo necesario: un acuerdo con el FMI, que en una situación de problema o de bonanza deberíamos tenerlo. Un acuerdo con el Fondo no por otra cosa que un aval contingente. Hay países que estando en una buena situación económica tienen un acuerdo.

- Los multilaterales y la banca de inversión extranjera le inyectaron 175 millones al Guayaquil. ¿A dónde ha ido ese dinero?

- Esos recursos nos han permitido colocar, en una muy buena expansión, en el microcrédito. Vamos creciendo, hoy atendemos a más de 31.000 clientes en el Ecuador. Es una cifra espectacular, con historias por contar.

- A este sector se lo había marginado porque se lo consideró de riesgo. ¿Cuál es la tasa de morosidad, por ejemplo?

- Proporcionalmente son de más riesgo relativo, siendo un buen riesgo. Lo interesante es que las ‘amigas’ le prestan al microempresario a 20 % mensual y cualquier tasa nuestra es infinitamente menor a eso. Lo relevante es a cuántas personas podemos sacar adelante. Cada vez más entidades entran al sector de microcrédito, donde la posibilidad de levantar trabajo es infinitamente alta.

- En la situación actual del país, ¿el banco seguirá creciendo?

- Va a ser similar al 2019 en crecimiento. Va a resultar un poquito duro, pero vamos a sostener buena parte de lo que hemos hecho el año pasado, no preveo una reducción. En la última etapa del año empieza un año electoral y la economía se empieza a enfriar. Vamos a depender de algunas medidas que aún el Gobierno está comentando, por lo menos, que las quiere tomar. Comenzaremos con un buen trimestre, pero de repente se nos puede enfriar en el último trimestre. Nuestra expectativa es hacer un desempeño igual al de 2019.

El contextoLa banca privada tendrá un gran desafío este año: aumentar la cantidad de personas en los servicios financieros (inclusión), lo que será posible solo en un esfuerzo conjunto con el Estado, que debe tener políticas que conduzcan a eso. La tasa de interés es uno de los temas.

No podemos regresar a un banco en el que tenían que ponerse a llamar a los demás bancos a ver tu comportamien-to crediticio.

El que está pensando que al eliminar el ‘score’ damos más crédito, es lo contrario: si te veo y te conozco te doy el crédito de inmediato.