
Análisis estratégico: Nueva pesadilla para Tylenol
La respuesta de Tylenol hasta ahora es adecuada pero no contundente
Muchos se preguntan si la reputación de Tylenol está afectada por las recientes declaraciones del presidente Trump y por ahora la respuesta es: desafortunadamente sí. Por más que Kenvue, propietaria de la marca, intentó explicar en reuniones privadas con argumentos y bases científicas a las autoridades sanitarias de EE. UU., presididas por Robert Kennedy, que no existe relación evidente y comprobada científicamente entre el autismo y el consumo de acetaminofén/paracetamol por parte de mujeres embarazadas, no pudieron evitar que Trump, desde su despacho, dijera en una rueda de prensa: “Si estás embarazada, no tomes Tylenol”. “No tomes Tylenol. No lo tomes. Lucha como un demonio para no tomarlo”.
Te invitamos a leer: Análisis Estratégico: Política + negocios = mal negocio
Los argumentos esgrimidos para sustentar esa declaración son similares a los ‘estudios científicos’ que circulan sin control en redes sociales y medios de discutible reputación. Entre ellos, el insólito ejemplo de que en Cuba no hay autismo porque son pobres y no tienen dinero para comprar Tylenol. Esa narrativa se enfrenta a los criterios de instituciones sólidas como el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, la Sociedad de Medicina Materno-Fetal y la Academia Americana de Pediatría.
Tylenol enfrentó en los años 80 una de las peores crisis de reputación que puede sufrir un medicamento y lo sorteó de manera brillante, convirtiéndose en caso de estudio sobre cómo reaccionar con acciones y comunicación adecuada. En ese momento, el enemigo fue un lunático que colocó cianuro en cápsulas y asesinó a siete personas. Hoy la contraparte no es un criminal aislado, sino el presidente de EE. UU., quien según estudio de Reuters-Ipsos mantiene un 42 % de aprobación en su país y cuyo secretario de Salud es conocido por difundir teorías conspirativas sobre vacunas o el origen del covid. La diferencia es clara: antes fue una crisis sanitaria, hoy es un choque político, y confrontar a Trump puede ser mucho más costoso para la reputación de la marca.
Trump no es un adversario técnico
La respuesta de Tylenol hasta ahora es adecuada pero no contundente. “Discrepamos rotundamente de cualquier sugerencia contraria a la ciencia independiente y estamos profundamente preocupados por el riesgo que esto supone para la salud de las futuras madres”, dijo Melissa Witt, portavoz de Kenvue al New York Times.
Esta es una crisis en desarrollo en la que una marca se enfrenta a opiniones seudocientíficas y cuyo desenlace podría terminar en escenarios extremos que afecten un negocio de más de 1.000 millones de dólares en ventas.
En su análisis FODA, la empresa debió haber sopesado la amenaza que representa confrontar a autoridades que para curar el covid recomendaron el uso de dióxido de cloro, sin evidencia científica seria, y que jamás se retractaron. Trump no es un adversario técnico: es un actor político con capacidad de instalar percepciones en millones.
Tylenol ha preferido utilizar terceros confiables para defender su posición. El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos emitió un comunicado asegurando que el paracetamol/acetaminofén es seguro, y que las enfermedades tratadas durante el embarazo “son mucho más peligrosas que cualquier riesgo teórico y pueden causar graves problemas de salud”.
En su web, la compañía destaca que información científica independiente y creíble sigue demostrando que no existe un nexo comprobado entre la ingesta de acetaminofén y el autismo. También recuerda que su etiqueta ya advierte a las mujeres embarazadas o en lactancia consultar a su médico antes de usar el producto. Sin embargo, más que comunicación estratégica esto suena a consejo de abogados para prevenir posibles demandas, mientras la verdadera batalla se libra en el terreno político, donde las reglas son otras.
¿Te invitamos a leer Diario EXPRESO? TE PUEDES SUSCRIBIR AQUÍ