Detener “bullying” escolar

El “bullying” (acoso) en escuelas y colegios está en ascenso. Ya no constituye un hecho esporádico. Se va convirtiendo en parte de la cotidianidad de niños, adolescentes y jóvenes. Es por eso que el tema merece ser analizado con atención.

Las historias de acoso que pueden estar sufriendo los estudiantes en escuelas y colegios por parte de sus compañeros deben ser entendidas desde sus orígenes, revisando su desarrollo y comprendiendo sus efectos. No hacerlo así genera resultados negativos y hasta peligrosos para el desenvolvimiento normal de la vida, al que tienen derecho los niños, adolescentes y jóvenes en los centros educativos.

Generalmente, y con algo de precipitación y superficialidad, se tiende a pensar y a creer que su matriz fundamental está en situaciones de “inmadurez”, “inadaptación escolar” y “problemas psicológicos” en los niños y jóvenes, cuyo origen se atribuye a la familia (relaciones de padre y madre con ellos).

Sin embargo, las investigaciones y los resultados que últimamente se han realizado establecen que el problema es mucho más complejo. Si se lo quiere asumir en su plenitud se debe tener claro que en él convergen diversas causas: socioeconómicas, ideológicas, culturales, psicológicas (individuales y sociales) y que en él inciden un conjunto de relaciones interpersonales que el mundo interconectado e informatizado de hoy ha creado.

Por eso es preciso, urgente e importante que en todos los centros de educación primaria y secundaria (preescolar inclusive) se dé la debida atención a este problema.

El acoso y hostigamiento de determinados grupos de estudiantes sobre los escolares de distinto sexo y edad, podrían desembocar en procesos de deserción, depresión o estrés. Incluso pueden llegar a darse situaciones que ponen en peligro la vida de acosadores y de acosados.

Es necesario que profesores, padres de familia, autoridades de escuelas y colegios vigilen con esmero cualquier manifestación de “bullying” en los diferentes niveles: preescolar, básico y bachillerato. Esto puede contribuir a detener el avance de tan peligroso problema psicosocial, presente y activo, en los diferentes escenarios educativos.

Es hora de adoptar actitudes de mayor vigilancia, atención y corrección de este grave problema que se da en las aulas.