Autoridad. El presidente de Brasil, Michel Temer, antes de su pronunciamiento en la Asamblea de la ONU, ayer.

Desplante de Ecuador a Temer en la ONU

La tensión de los gobiernos bolivarianos con Brasil ha abandonado el patio latinoamericano para instalarse desde ayer en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que abandonaron Ecuador y otras cinco naciones como señal de no reconocimiento al nuevo

El tiempo no cura los impasses diplomáticos. La tensión de los gobiernos bolivarianos con Brasil ha abandonado el patio latinoamericano para instalarse desde ayer en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que abandonaron Ecuador y otras cinco naciones como señal de no reconocimiento al nuevo gobernante latinoamericano.

El presidente brasileño Michel Temer inauguró este año el encuentro con un discurso dedicado sobre todo a validar la destitución de su antecesora, la izquierdista Dilma Rousseff. Y por ende, su propia presencia ante otros 135 jefes de Estado.

“Este ejemplo que hemos dado al mundo -inició- demuestra claramente que no puede haber democracia sin Estado de derecho”, dijo Temer, solemne como es su característica, en la repetición de una idea que su país ha instalado en la diplomacia latinoamericana desde que surgieran las críticas de los países del socialismo del siglo XXI: que algunos de estos, “Ecuador y Bolivia”, para ser precisos, podrían aprender a “hacer democracia” con el ejemplo brasileño, dijo su Cancillería.

Ninguna de las dos representaciones mencionadas se había quedado para escuchar la repetición de una idea a la que el canciller ecuatoriano Guillaume Long, tuitero hiperactivo, había calificado por redes sociales en su momento como “cinismo” y sinvergüencería”, en una ola de declaraciones que arrastraría al impasse a Ecuador y Brasil. Sin pretensiones de solución.

Long representó al país ante Naciones Unidas, en una nueva ausencia del presidente Rafael Correa, quien solo ha asistido en dos ocasiones al Pleno y ha quemado con esta su última oportunidad como jefe activo de la diplomacia. Nada más anunciado el discurso de Temer, como puede apreciarse en un vídeo que la agencia pública de noticias difundió con ahínco, Long saltó de su asiento para animar a sus acompañantes con las manos en el aire, sin disimulo: vamos, vámonos; parecerían gritar sus brazos.

Y así lo hicieron. No solos. De camino a la salida del auditorio se encontraron con las delegaciones de Bolivia, Cuba, Costa Rica, Venezuela y Nicaragua que optaron por dar el mismo trato al presidente brasileño, según anunció el propio canciller Long, de la misma forma en la que comunica cualquier decisión importante para el país: por Twitter.