Confeso el crimen de su mujer y luego huyo

“Hija mía, perdóname, maté a tu madre”. Fueron las palabras que Geovanna Maruri escuchó de su padre, a las 20:00 del lunes, mientras llegaba a su domicilio ubicado en el recinto Chapinero, del cantón Daule, provincia del Guayas.

Al ver la mano derecha del hombre con un cuchillo y ensangrentado, la joven se horrorizó y corrió a ver a su progenitora, mientras el confeso huía por unos arrozales.

Junto con una hermana menor y su enamorado, Geovanna no tardó en encontrar a Sara de los Ángeles Romero Banchón, a unos 200 metros de su vivienda. Su cuerpo yacía bocarriba a un costado de un camino polvoriento y con cortes en el cuello, tórax, espalda y brazos. Un total de 30 heridas, según confirmó el doctor Washington Palma, luego de practicar la autopsia al cadáver.

Sara retornaba de su trabajo cuando, al parecer, fue interceptada por el hombre con quien convivió 20 de sus 32 años de vida.

“Mi padre la había ido a ver al sitio El Callejón de la vía a Palo de Iguana, donde está el paradero del bus... me dijo que la iba a recibir, pero no levantó ninguna sospecha, hasta que llegó a la casa con el cuchillo en la mano y me dijo que lo perdonara por lo que había hecho. Abrazó a mi enamorado, diciéndole que me cuide mucho...”, contó Geovanna.

La joven cree que un mensaje provocó los celos de su padre y en consecuencia el hecho. “Tenía el teléfono celular de mi madre y el Facebook de ella estaba abierto y vio unos mensajes que le había enviado un amigo, al parecer, esto hizo que se ponga celoso porque comenzó a llamar. Era la primera vez que observaba estos mensajes... pero eso no justifica que la mate”.

Geovanna pide justicia. Su clamor se extendió a los demás familiares y hermanos de la víctima, quienes llegaron desde otros cantones para conocer de cerca la situación.

Tras el levantamiento del cadáver, el fiscal Fabricio Neira inició las indagaciones para esclarecer el hecho de sangre, que fue catalogado como femicidio, el 27 en lo que va del año y a escala nacional.