Breve historia de una larga investigacion

Con 11,5 millones de documentos e información en prácticamente todos los países occidentales, resulta difícil seguir la pista de un caso que no ha hecho más que iniciar. Estas son las claves para mantener el hilo.

¿Cómo empezó?

Los millones de documentos internos del despacho de abogados panameño Mossack Fonseca, considerado como uno de los cinco mayores registradores mundiales de sociedades ‘offshore’, llegaron al diario alemán Süddeustche Zeitung por una fuente anónima y fueron compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.

¿A quién afecta?

Generalmente, a todos. Las empresas offshore tienden a ser utilizadas para evadir impuestos o esconder al dueño de los capitales. Pero, en específico, ha traído consecuencias para doce jefes de Estado o primeros ministros, 128 políticos, 61 familiares o socios cercanos a líderes políticos, entre ellos amigos íntimos del presidente ruso Vladímir Putin, pero también futbolistas, empresarios o actores.

¿Qué es un paraíso?

‘Paraíso fiscal’ es la mala traducción del inglés ‘Tax Haven’, que literalmente significa ‘refugio fiscal’. Pero el concepto es el mismo. Se trata de lugares donde la creación de sociedades mercantiles es una de las principales industrias del país. Su éxito reside en las enormes ventajas fiscales que ciudadanos de otras naciones pueden obtener utilizando estas sociedades y en el secreto bancario, necesario para ocultar patrimonio a las autoridades fiscales de cada Estado.

¿Por qué panamá?

Eso ha traído mucho debate. Aunque los papeles provienen de un estudio panameño, la información abarca 29 jurisdicciones consideradas paraísos fiscales. De hecho, la mitad de las sociedades que aparecen en los documentos internos de Mossack Fonseca fueron registradas en las Islas Vírgenes británicas.

¿Offshore: qué es?

Se llama ‘offshore’ a cualquier sociedad creada según las leyes de un Estado extranjero y cuya actividad se realiza fuera de la jurisdicción en la que está registrada. Por esta razón, el término se utiliza para denominar a aquellas compañías creadas en un paraíso fiscal, donde no llevan a cabo ninguna actividad sino que aprovechan las ventajas fiscales y de secretismo de la jurisdicción.

Estas sociedades se pueden utilizar simplemente para acumular patrimonio, pero a menudo tienen otros fines, como comprar acciones, bienes o desviar beneficios personales o de una empresa. Las nuevas leyes antiblanqueo obligaban a los bancos de estos países a informar de los titulares de cuentas a nombre de una persona, pero no si estaban a nombre de una sociedad, con lo que bastaba crear una sociedad en Panamá, por ejemplo, para mantener oculta su identidad.

¿Quién lo hace?

Cualquier persona o entidad puede poseer una sociedad offshore. Pero según muestran los Papeles de Panamá, es muy complejo hacerlo sin un buen intermediario, generalmente un experto fiscal. Se trata de una pieza clave en la maquinaria offshore y es un papel en el que destacan los despachos de abogados. Por cuenta de su cliente, contactan con Mossack Fonseca para crear el esquema que mejor se adapte a los intereses y necesidades del beneficiario. Son ellos quienes gestionan la parte burocrática y administrativa. En la mayoría de los casos, Mossack Fonseca no entra en contacto con el verdadero beneficiario de la sociedad.

¿Es ilegal?

No, no y mil veces no. Es legal siempre y cuando el beneficiario declare la sociedad a las autoridades fiscales del país en el que reside. Sin embargo la importancia de esta investigación radica en que, por primera vez, se puede conocer en detalle el funcionamiento del mundo offshore. Los Papeles de Panamá permiten, caso por caso, arrojar luz sobre cómo ricos contribuyentes, bancos y firmas de abogados han realizado operaciones suspicaces con la ayuda de Mossack Fonseca.