
Brasil se indigna por el acoso a mujeres
En Sao Paulo, la mayor ciudad de Sudamérica, se viola a una mujer cada once horas. Recientemente, una escritora fue ultrajada dentro de un taxi de Uber.
El acoso en Brasil ha ganado una nueva dimensión después de que una serie de agresiones sexuales salieran a la luz en Sao Paulo, la mayor ciudad de Sudamérica, donde una mujer es violada cada once horas en lugares públicos.
Brasil puso el grito en el cielo después de que un hombre eyaculara en la espalda de una mujer en un autobús público de Sao Paulo, pero la indignación aumentó cuando el juez José Eugenio do Amaral Souza decidió poner al hombre en libertad horas después de ser detenido. Esto desató, de inmediato, una ola de reclamos entre la población brasileña que exige duras sanciones para estas personas.
El magistrado consideró que no hubo “violencia o una grave amenaza, pues la víctima estaba sentada en un asiento de un autobús cuando fue sorprendida por la eyaculación del acusado”, que por no haber forzado a la mujer no podría ser procesado por ningún abuso.
La decisión del juez generó una lluvia de críticas de numerosos movimientos feministas, la prensa y la sociedad en general, que vio cómo el acusado, de 27 años y con notorios antecedentes de abusos sexuales, volvió a actuar días después en el transporte público, lo que le acaba de llevar a prisión por “actos obscenos”.
“En nuestro país es un tabú amamantar en público, pero cuando eyaculan sobre una mujer en un autobús se considera que no hay culpa”, dice la campaña que circula en Facebook y Twitter.
Un caso similar ocurrió en la última semana en un autobús de Río de Janeiro, mientras que en Sao Paulo una pasajera denunció que un hombre tocó su pecho mientras el colectivo circulaba por la Avenida Paulista, una de las zonas más frecuentadas de la ciudad.
La capital paulista también fue el escenario de la agresión sexual sufrida por la escritora brasileña de novelas, Clara Averbuck, por parte de un conductor de Uber, compañía que en un comunicado repudió “cualquier tipo de violencia” contra las mujeres.
“Cuando iba a salir del vehículo, él me empujó y no fue una violación clásica, pero fue una violencia. Él me empujó y caí al suelo. Él se aprovechó de mi estado embriagado y ahí me levantó y me penetró con los dedos”, explica Averbuck, de 38 años, en una entrevista telefónica concedida a Efe la pasada semana.
Los últimos casos han elevado el debate sobre las agresiones sexuales en Brasil y “han dado coraje a las mujeres para denunciar”, según explica la sociólogo y directora de la ONG Nova Mulher, Marcia Regina Victoriano.
“Los casos han puesto una realidad existente hacia fuera, pero en muchos casos se sigue culpando a la mujer. Existe esa cultura, pero la repercusión y el debate sobre el papel de la mujer han ganado fuerza”, sostuvo. Y subraya: “Brasil es un país peligroso y violento para las mujeres”.
Según un estudio publicado por la red Globo con base en datos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Sao Paulo, 457 mujeres fueron violadas en lugares públicos en la capital paulista entre enero y julio de este año.
En Brasil, la legislación vigente considera violación cualquier conducta con uso de amenaza o violencia que atente contra la dignidad y la libertad sexual de la víctima, por lo que no es necesario que haya una penetración para que sea estipulado el delito.
Giovana Agutoli, una joven de 22 años, asegura que siente un “miedo constante” en Sao Paulo, donde, según dice, no hay ningún espacio público donde las mujeres se puedan sentirse “cien por ciento seguras”.
“Estamos en un escenario absolutamente vulnerable”, afirmó mientras espera el autobús, lo que para ella se ha convertido en “un auténtico desafío” por el hecho de ser mujer.
La sensación de inseguridad es compartida por María Victoria Araujo, de 26 años, quien espera el colectivo en un punto cercano a donde la pasada semana el hombre de 27 años eyaculó encima de una pasajera.
La justicia de Sao Paulo condenó el miércoles a dos años de prisión al abusador Diego Ferreira de Novais, pero no por el acto cometido en días pasados, sino por otro que protagonizó en 2013 en la capital paulista, cuando tocó las partes íntimas de una estudiante en otro autobús.
“No hay ningún lugar para sentirse segura, y menos en un autobús, que nunca sabes quién está entrando y quién está saliendo”, resalta Araujo.
La Fiscalía confirma la masacre de varios indígenas
El Ministerio Público de Amazonas confirmó el asesinato de varios indígenas de una tribu aislada en ese estado, en el norte de Brasil, a manos de mineros ilegales, informó el viernes la agencia Amazonía Real.
Los indígenas, conocidos como “flecheros”, habrían sido asesinados en agosto dentro de la reserva Vale do Javari, en el río Jandiatuba. Las autoridades no dieron más datos, pero entrevistas colectadas por la agencia entre los indígenas hablan de más de veinte víctimas, entre ellas mujeres y niños.
El área en el que ocurrió la supuesta masacre es conocida como Frontera Aislada de la Amazonía, hogar del mayor número de tribus no contactadas del mundo.
El Ministerio Público investiga además otra denuncia sobre el supuesto asesinato de indígenas de la tribu aislada Warikama Djapar. El ataque habría ocurrido en mayo, pero no ha sido confirmado.
“Si estos relatos son confirmados, el presidente [Michel] Temer y su gobierno tienen una gran responsabilidad por este ataque genocida”, dijo Stephen Corry, director de Survival International, quien también criticó en el texto los recortes presupuestarios a la gubernamental Funai.
Brasil vive este año un agravamiento de los antiguos conflictos entre indios y grandes hacendados por la titularidad de las tierras, que han derivado en matanzas contra miembros de distintas etnias a manos de grupos armados no identificados.