Verdugo. Damián Díaz celebra el tempranero gol que anotó ayer en el estadio Capwell y que prácticamente le permite a Barcelona sentenciar la suerte del presente campeonato.

Barcelona queda a pocos DIAZ de la 15

La estrella 15 ya se divisa en el horizonte amarillo. El triunfo 0-1 que el Ídolo logró ayer en el estadio Capwell tiene un impacto anímico que podría desequilibrar la lucha que mantiene con Emelec por ganar la etapa.

La estrella 15 ya se divisa en el horizonte amarillo. El triunfo 0-1 que el Ídolo logró ayer en el estadio Capwell tiene un impacto anímico que podría desequilibrar la lucha que mantiene con Emelec por ganar la etapa.

A ocho fechas para el término del semestre, seis puntos de ventaja y un partido pendiente (ante El Nacional en Quito), Barcelona prácticamente sentenció el asunto, dándole una estocada al único contrincante que aparecía con posibilidad de pelearle la hegemonía del torneo doméstico.

En medio del caldeado ambiente que se vivió en los días previos al partido, por la negativa de la dirigencia ‘millonaria’ de permitir el ingreso de la hinchada visitante al estadio, las cosas no podían comenzar mejor para los amarillos.

Antes de cumplirse el primer minuto de juego, Damián Díaz abría el marcador con un tiro libre que terminó en el fondo de las redes, gracias a la complicidad del guardameta Esteban Dreer.

Al verse en desventaja en el marcador, la confusión se apoderó de los locales.

Con Cristian Guanca muy lejos de su zona de mayor influencia, Bryan Angulo bien controlado por los centrales, Ángel Mena preso de la marca escalonada por su sector y Fernando Giménez muy por debajo de su nivel habitual, Emelec se quedó sin peso ofensivo, pese a las constantes modificaciones tácticas de Alfredo Arias.

Las lesiones de Jorge Guagua y Óscar Bagüí empeoró todo, porque el estratega uruguayo se vio en la necesidad de quemar dos cambios en zona defensiva, cuando lo que necesitaba era reforzar adelante.

El escenario era ideal para Barcelona. Díaz encontró los espacios que necesitaba para mostrar lo mejor de juego, controlando el balón a su antojo, provocando constantes faltas y saliendo en veloces contragolpes, especialmente por la raya izquierda, donde Marcos Caicedo mantuvo un intenso duelo con Carlos Moreno.

Jonatan Álvez y Ely Esterilla tuvieron una labor sacrificada, tapando la salida de los laterales emelecistas y atacando a las espaldas de ellos.

Al verse ampliamente superados, Arias acudió a la banca de suplentes. Le dio ingreso a Robert Burbano, buscando mayor desborde por la derecha, pero fue fácilmente absorbido. Luego probó suerte por la zurda, pero tampoco funcionó.

Llamó a Denis Stracqualursi y, pese a la ligera mejoría que experimentó su equipo, no fue suficiente.

En el tramo final del partido la sensación del 2-0 estuvo más cerca que del 1-1.

Barcelona vivió su fiesta en medio de 30.000 azules, que vieron con impotencia cómo la posibilidad de un histórico tetracampeonato se comienza a diluir, mientras el Ídolo se acerca más a la 15. MGD