Un mes duró su ausencia. José Serrano, de PAIS, volvió a la Asamblea después de haber perdido la presidencia. Ocupó una de las curules de la primera fila, justo frente al fiscal.

Baca no convencio y fue censurado y destituido

La presidenta de la Asamblea, Elizabeth Cabezas, inició la sesión con una novedad en el Legislativo: la reunión solo empezó con 21 minutos de retraso. ¡Un logro! La casi puntualidad pretendía evitar que la jornada se extendiera hasta la madrugada.

Carlos Baca Mancheno pudo alargar sus funciones por once horas. El juicio político de la Asamblea Nacional en contra del entonces fiscal general terminó ayer, pasadas las 21:45, con la destitución del exasesor de Rafael Correa. 128 votos a favor determinaron el cese de sus funciones y lograron que, por primera vez, el Legislativo actual logre un juzgamiento a un servidor público activo. Hubo dos abstenciones, una de ellas de la socialista Silvia Salgado.

Poco o nada logró Baca con sus dos intervenciones de dos horas y 33 minutos. Ninguno de los 131 asambleístas presentes creyó que el fiscal fue víctima de una conspiración. “Me enjuician por una rueda de prensa”, dijo sobre la difusión del audio de una conversación entre el expresidente de la Asamblea, José Serrano, y el excontralor, Carlos Pólit.

Las 20 intervenciones rechazaron las acusaciones de Baca que fueron calificadas de “amenazas”. El cruce de cuestionamientos no fue lo único criticable de la extensa jornada. El juicio tuvo hasta un contundente daño ambiental.

La presidenta de la Asamblea, Elizabeth Cabezas, quiso despegarse de sus antecesores desde el inicio de la sesión. Lo hizo con una novedad en el Legislativo: que la reunión solo empezó con 21 minutos de retraso.

La casi puntualidad fue vital para evitar que la jornada se extienda hasta la madrugada. A las 11:16 de ayer, inició la lectura del informe de la Comisión de Fiscalización que daba luz verde para el juicio. Fueron cuatro horas y diez minutos para leer las 136 páginas del documento.

¿Qué hizo el resto de legisladores? Conversaron, tomaron fotos y hasta transmitieron en vivo la sesión. También hubo reuniones poco frecuentes. En los pasillos conversaban Doris Soliz (ex de Alianza PAIS) con Fabricio Villamar (CREO). En las curules Esteban Albornoz (PAIS) dialogaba con su otrora copartidaria, Marcela Aguiñaga.

Uno de los asambleístas más buscados era el expresidente de la Asamblea, José Serrano. Él estuvo en primera fila para presenciar el juicio al fiscal, al funcionario que había que “bajarse”.

A las 15:26, la lectura terminó y cuatro minutos después empezó la defensa de Baca. En la primera hora se repitió lo dicho el 9 de marzo -cuando compareció contra el entonces presidente Serrano- y en sus asistencias a la Comisión de Fiscalización. Baca, desde el mes pasado, es un visitante frecuente que repite discursos.

Habló del audio, de su trabajo contra la corrupción y de su ataque al “hombre más poderoso del país”, Carlos Pólit. Mencionó logros de su gestión e incluso citó a filósofos y pensadores que coinciden con él. “El mensaje ético que están transmitiendo es que debo quedarme callado”, sentenció.

En la segunda hora de su ponencia, pidió disculpas por palabras inadecuadas durante sus discursos y criticó la inusual reunión de diciembre entre Serrano y el activista político Fernando Villavicencio. Todo, dijo, como parte de la persecución de la que es víctima.

¿Por qué es perseguido? Según dijo, porque investiga 21 casos que involucran a altos funcionarios del Gobierno anterior. El propio expresidente Correa estaría salpicado de las investigaciones que desarrolla su exasesor.

Tras una hora y 18 minutos de discurso, Baca cumplió su amenaza: habló del narcotráfico en frontera. Ese acto fue reprochado porque se consideró una forma de aprovecharse de la tragedia nacional. Dos horas y ocho minutos habló el fiscal. No hubo aplausos al final, solo la orden de que el siguiente en hablar sea el socialcristiano Henry Cucalón, uno de los dos interpelantes.

Cucalón sentenció a Baca: usted irrespetó la ley. Tras una serie de ataques a la ponencia del enjuiciado mencionó que lucía mejor que su antecesor, Galo Chiriboga. De él dijo que era un “meme ambulante”.

En un tono similar hablaron los asambleístas César Carrión, Kharla Chávez, Guillermo Celi, Lira Villalba, Jimmy Candelario, Vicente Taiano, Hermuy Calle, Homero Castanier, Héctor Muñoz, César Rohón (que mocionó la destitución), Silvia Salgado, Raúl Tello y Roberto Gómez.