Anoro un Ecuador con muchos propositos claros en el 2018

Cuando vuelco la memoria unos años atrás recuerdo un país diferente. Añoro un país respetuoso, de personas buenas que expresaban sus criterios sin descalificar a nadie, sino siempre atendiendo las ideas y discutiendo los conceptos. Añoro a un Ecuador con propósitos claros no el país de la ruta incierta y el camino que seguimos zigzagueante, sin objetivos, sin propósitos. Un país sin metas y sin propósitos es un país que no va hacia ningún lado y se conserva estancado en el entrecruce de frases vacías y posiciones populistas.

Añoro un Ecuador con educación de calidad y con empleos dignos, con un gobierno empujando por todos lados a la iniciativa de los emprendedores para que creen puestos de trabajo, formen sus empresas y sean prósperas. Añoro un país donde se destaque lo bueno, donde se luzcan las galas del éxito que nos motiven y no la amargura y decepción de ver tanta impunidad y corrupción. Era maravilloso mi país el que nos robaron una década atrás. Por último añoro las respetables figuras que lideraban nuestros esfuerzos y a quienes escuchábamos con atención y respeto. Señor Director, la oportunidad es propicia para desear a usted, a los que colaboran en este prestigioso diario y a todos los lectores un feliz año nuevo.

Eco. Mario Vargas Ochoa