El alma artistica de Olga Piedrahita
Se considera parte de una generación más ‘oldie’, pero de espíritu joven. Su visión de la moda va más allá de generar ventas en masa. Los minuciosos detalles, pequeñas costuras y la historia que cuenta cada pieza son los puntos que realmente la motiva
Se considera parte de una generación más ‘oldie’, pero de espíritu joven. Su visión de la moda va más allá de generar ventas en masa. Los minuciosos detalles, pequeñas costuras y la historia que cuenta cada pieza son los puntos que realmente la motivan a trabajar dentro de este rubro. Ella es la diseñadora colombiana Olga Piedrahita quien, durante una cálida conversación telefónica con SEMANA desvela su historia en la industria textil.
Sus inicios
Su cercanía con la moda comenzó desde niña. Le gustaba pasar horas y horas vistiendo a sus muñecas y jugando con la ropa de su mamá. Ya en la juventud, experimentaba con su propio vestuario modificándolo a su gusto: añadía bordados, los cortaba y creaba diseños totalmente nuevos.
A los 28 decidió unirse a su hermana Eulalia para incursionar profesionalmente en el diseño de modas. Abrió el Taller Barroco, en el que con servilletas, manteles, cortinas y vestidos hicieron sus primeros trajes. “Las partes buenas las juntábamos, teñíamos, y así creamos piezas con una geometría muy simplista, pero alineadas al ‘wearable art’ (prendas de vestir hechas a mano creadas como obras de arte posibles de usar en la cotidianidad)”, recuerda.
Esta singularidad la catapultó dentro del ámbito artístico de Medellín y poco a poco comenzó a mostrar su capacidad como diseñadora. Tres años después, decidió mudarse a Bogotá para expandir su trabajo y, como su hermana, dejó de diseñar. Olga siguió creando, pero ya bajo su marca homónima. Los trajes coctel, gala, novia y ‘prêt-à-porter’ (listos para llevar) son los tipos de prendas con los que alcanzó la fama y, desde entonces, ha sido invitada a los desfiles y eventos más importantes de Colombia.
Entre jazz y arte
Confiesa que su taller siempre está ambientado con música clásica o jazz. Al ser una creativa de autoformación, mantiene una fecunda relación con el arte (como pintura, escultura, literatura, música y danza...), piezas claves en sus cimientos y la base principal de su inspiración.
Actualmente, Olga se desenvuelve dentro del ‘slow fashion’ y no lanza colecciones regidas bajo el cronograma mundial de temporadas. Siente un gran compromiso con el planeta y, por eso, en cada trabajo reutiliza materiales, rediseña piezas antiguas que conserva en su taller y trabaja constantemente con comunidades artesanas para obtener la materia prima. ¿Para qué tipo de mujer diseña? Su estilo minimalista, femenino y neorromántico es ideal para quienes desean sentirse cómodas, seguras y libres en la cotidianidad.
Son más de 30 años en los que Olga es parte de la industria textil y, aunque le alegra expandirse internacionalmente, tiene como meta continuar con su legado con pocas piezas exclusivas alejadas de la masificación. “Cuando uno habla de moda hace referencia a la repetición del colectivo. Pero más que seguir las tendencias, busco que mis creaciones tengan una mirada antropológica y relacionadas con la historia”.
Génesis, fuente de recursos naturales
El envolvente diseño de su más reciente colección de moda (fotos) tuvo su origen en Barichara, ciudad ubicada al norte de Colombia. Durante la visita junto a su hija a una fábrica de papel y los mercados locales, descubrió variedad de tintes extraídos de la Madre Tierra (como el achiote, carbón y café) que pueden plasmarse sobre las telas. “Decidimos jugar con ciertas formas abstractas e inspirarnos en el suelo de Barichara. Luego de la exploración, los diseños pasaron al departamento gráfico y se hicieron los montajes digitales”.
La producción fotográfica tuvo como escenario el cinematográfico ambiente de Islandia, país nórdico en el que la diseñadora logró fusionar el encanto textil de Sudamérica con el imponente ambiente del extremo noreste de Europa.
En la docencia
Durante varios años, Olga dirigió las tesis de jóvenes estudiantes de la escuela de diseño de modas Arturo Tejada, etapa de su vida profesional que recuerda con cariño porque gracias a esta cercanía, pudo palpar el trabajo de las nuevas y talentosas generaciones de su país. “Constantemente aprendo de ellos, me gusta enseñar y la misión de Olga Piedrahita es motivarlos a que participen en más espacios de la industria textil”.
Personal
Nació en Medellín, Colombia. Descomplicada, curiosa, aventurera y sensible son las características con las que describe su personalidad. El ballet fue parte fundamental de su formación porque, gracias a él, aprendió cualidades como la disciplina, persistencia y rigurosidad. La lectura y el contacto con la naturaleza la ayudan a meditar y conectarse consigo misma.